El James que se vio ante el Borussia tiene alguna posibilidad de intentar convencer a Zidane de que todavía quiere ser importante en el Madrid. Sin hacer un partido memorable se le vio activo, comprometido y con el amor propio necesario para rebelarse ante su situación. Lo último que se había sabido del colombiano es cierta desgana jugando contra la Cultural y soltando algún bostezo en sus numerosos ratos estando en el banquillo de los suplentes.

En un equipo en el que todos los protagonistas secundarios aprietan a muerte cuando les toca salir, la aparente desgana de James ha cantado todavía más. Por eso, el partido frente a los alemanes puede ser un punto de inflexión en el rendimiento del centrocampista. Lo tiene en chino para ser titular, pero si es capaz de asumir un rol diferente al de estrella intocable todavía está a tiempo de sumar y de volverse a ganar la confianza de su entrenador y de sus compañeros.