Las Navidades pasadas los socios del Madrid recibieron llamadas telefónicas para una encuesta del club mal disimulada. La llamada no explicaba para qué era, preguntaba cuatro vaguedades y, enseguida, si el interpelado era socio de algún club deportivo. Al contestar que sí, se preguntaba cuál. Al contestar que el Madrid, había toda una batería de preguntas, las principales destinadas al banquillo, donde entonces penaba Benítez. Un amigo mío, uno de tantos que recibió la llamada, contrapreguntó: “¿Y si le contesto que soy del Club Natación Sabadell hubiera tenido tantas preguntas para mí?”

En fin, aquella cosa tan mal disimulada iba destinada al relevo del banquillo. Benítez, claro, saldría malparado. Entre los posibles sustitutos se citaban varios imposibles, por estar en algún equipo. (Entre otros se preguntaba por Guardiola). En realidad, la encuesta empujaba hacia Mourinho o Zidane. Florentino seguía pensando en Mourinho, aunque, según hemos sabido estos días, ya le había dado calabazas en verano. Lo ha revelado ahora el ínclito entrenador en un libro de esos con el que algún periodista inglés sobresalta cada poco el mundillo del fútbol con revelaciones morbosas.

El testimonio es un regalo para quienes quieran conocer de verdad a los dos personajes. Florentino le habría pedido a Mou “que volviera e hiciera limpieza echando a gente de mierda como Pepe, Iker Casillas, Sergio Ramos, Marcelo... Le dije que era demasiado tarde”. Luego, cuenta que Florentino pensaba en Zidane “por su nombre y su estatus, pero hizo una mierda con el equipo B y tiene miedo de asumir el riesgo”. Lo que pasó luego, ya lo saben: llegó Benítez, pinchó, Florentino metió a Mourinho en su encuesta y se supone que salió lo bastante mal como para que optara por Zidane.