Ter Stegen y el alambre

A Ter Stegen no lo dirige Luis Enrique; lo dirige Hitchcock. Es un portero de suspense, especializado en darnos sustos cuando tiene enfrente al Athletic. Su propensión a jugar en el alambre, al que volvió ayer después de la égida de Bravo, le da al fútbol ese grado de tensión que en el cine da muy buenos resultados pero que en el fútbol te puede matar. Salió vivo de esos paseos por el abismo, pero al resultar airoso sentirá la tentación de seguir en esa tesitura como un tenor sin miedo a los resfriados. Por ahora tiene un seguro de vida en este Umtiti, que parece el Capitán Trueno defendiendo a Crispín Stegen.

El Barcelona se sumó ayer a ese juego en el alambre y dejó algunos remates al albur de la nada. Messi fue otra vez el servidor más imponente de LaLiga, pero Luis Suárez no le secundó esta vez en eficacia. El Athletic pudo empatar el partido. Pero Hitchcock no dejó que Ter Stegen se desmandara demasiado.