No se puede ser candidato sin defensa

La realidad aplastó a Bélgica. La baja por sanción de Vermaelen y la lesión de Vertonghen desnortaron al conjunto de Wilmots. Denayer (Galatasaray) y el menor de los Lukaku (Oostende) dieron el cante en una cita que les vino demasiado grande. Bélgica se desangró por la defensa, una vez más. No se puede ser candidato a nada sin un sistema capaz de frenar a un equipo arcaico como Gales. También quedan señalados Hazard y De Bruyne, futbolistas de impulsos pero de escaso rendimiento en envites de altura. Los diablos rojos han perdido una ocasión de oro, incapaces de cumplir las exigencias de una hinchada que soñaba con hacer algo grande. Había caído en el lado del cuadro con menos filo, pero con todo ha vuelto a fallar.

Wilmots había dado con la tecla según avanzaba el torneo. “Se reían de nosotros cuando perdimos con Gales en la fase de clasificación”, sostuvo hace unos días. Era un tiro con bala dirigido a la prensa belga. Aquella derrota soliviantó el ambiente en los diablos rojos y derivó en una campaña que exigía la destitución del seleccionador, siempre discutido por su conservadurismo y la pobre imagen que dejó Bélgica en el Mundial de Brasil a pesar de alcanzar los cuartos de final (perdió con Argentina). Ahora se volverán a afilar los cuchillos, contra Wilmots y contra una generación inacabada. Se desata el tiempo de guerra en Bélgica. La desazón de los miles de aficionados belgas desplazados ayer para ver el partido en Lille así lo requerirá.