Cristiano cuenta con una gran ventaja con respecto a muchos futbolistas, según va cumpliendo años, y es que siempre ha cuidado su físico hasta extremos obsesivos. Eso le asegura un mayor tiempo en la alta competición. La explosión que aún conserva en carrera y el jugar casi siempre los noventa minutos, no son de un jugador de 31 años. Pese a ello, lejos queda la imagen de los inicios en el United, cuando era capaz de pasarse todo el partido subiendo y bajando la banda. Pasó, como pasaron las famosas bicicletas que ahora apenas intenta.

El Cristiano del futuro debería ser más el de su segundo gol al Espanyol. Máxima creatividad y explosión en el menor recorrido. Siempre se ha dicho que no le gusta la posición estática de delantero centro. Pues bien, tendrá que ser más dinámica, pero al final es su situación natural en el campo. Será la única manera de mantener una cuenta anotadora que asusta. Le quedan cinco o seis años al máximo nivel y nadie duda de que sus cifras serán imbatibles...