Las palabras de Kovacic en su país vienen a corroborar que es un jugador difícil de ubicar, pero no por sus cualidades, sino por su estilo indefinido. En el Inter estuvo tres temporadas, con tres entrenadores diferentes, y cada uno le situó en una posición distinta. Con ninguno triunfó. Ya avisé el 17 de agosto en un artículo en AS: “Todavía sigue siendo una gran incógnita porque nadie entiende cuál es su posición ideal en el campo. Parecía, al principio, un clásico 10 cuando empezó a jugar con Stramaccioni. Pero pocas semanas después, el propio técnico del Inter dijo que su posición ideal era al lado de un centrocampista central. Con Mazzarri tampoco encontró el éxito. Cuando no jugaba culpaban al entrenador de no utilizar su clase, pero cuando lo hacía no demostraba nada. Luego llegó Mancini, tercer entrenador para él en su tercera temporada, y la historia se repitió. Varias posiciones, titular o suplente, pero siempre sin convencer totalmente. Este verano el propio Mancini lo utilizó por delante de la defensa, esperando encontrar en él a un nuevo Pirlo”.

Ahora todo depende de que Benítez asuma o no su deseo o le coloque en otra posición. Para eso es el míster. Para tomar decisiones que le ayuden a ganar partidos y, en consecuencia, títulos, que es lo que necesita el Madrid.