Ya rueda el Tour con diferencias mínimas. La crono no daba para más por mucho que todos dieran cuanto tenían. Nibali respondió a su condición de actual ganador, y Froome, a la de especialista, mientras Contador y Quintana esperaron mejores oportunidades para estar por delante. Contador tampoco tiene prisa. Tiene su carrera hecha. Tres Vueltas, dos Tours y dos Giros le dan para estar entre los más grandes. Con 32 años ya selecciona objetivos. Cuanto más singulares, mejor. En el que anda metido es en ganar Giro y Tour el mismo año. Por eso lo considera como un único triunfo. Bonito reto, aunque no proeza. Hay hasta doce precedentes. Lo que ocurre es que la última vez que se firmó él doblete fue en 1998. Lo hizo el malogrado Pantani.

Pero la cuestión es que ningún corredor de la generación de Contador lo ha conseguido, y casi ni intentado. Esto le da un valor especial, y es lo que busca Contador, último ciclista, por cierto, en ganar dos grandes el mismo año: Giro y Vuelta en 2008. Ahora lo vuelve a intentar, aumentando la dificultad. Mas me da a mí la impresión de que guarda una bala en la recámara. Si no ganara el Tour, pero sí hiciera podio, aún tendría una oportunidad única de hacer historia. Porque seis ciclistas (entre ellos, él) habrán ganado las tres grandes, siete habrán ganado Giro y Tour el mismo año, quince tendrán al menos un podio en las tres grandes, pero nadie habrá subido a los tres podios el mismo año. Y eso, Contador lo tiene en la cabeza.