El ocho mexicano Hirving Lozano es la gran explosión de este Mundial Sub-20. Tiene 19 años y es indiscutible en Pachuca en Primera. Ya se hizo adulto con aquel gol que le marcó al América en el Azteca el día de su debut. Tenía 18 años, avanzó desde el mediocampo, condujo la pelota y sacó un zurdazo al palo como carta de presentación. Desde entonces es la gran esperanza del fútbol mexicano. Hirving Lozano está varios cuerpos por delante de sus compañeros en una selección mexicana con buenos mimbres como Alejandro Díaz, Orbelin Pineda, el mediocentro Erik Gutiérrez o el central zurdo Kevin Gutiérrez, cuyo golazo de libre directo a Uruguay en el último instante recuperó a los mexicanos para el Mundial tras su injusta derrota inicial ante Mali. Hirving Lozano juega en la derecha pero maneja de maravilla las dos piernas. Resucitó tras ganarle a Uruguay, que necesita más aun de Gastón Pereiro, que marcó ante Serbia en el debut pero tiene poca influencia en el juego. Nández y Arambarri llevan el peso en una celeste uruguaya que da peor sensación que en el Sudamericano Sub-20. El grupo D es tremendo, el mejor del Mundial. Un grupo en el que la serbia de Paunovic muestra en el escaparate a Gacinovic y, sobre todo, al zurdo Zivkovic. Llegan los cuatro empatados a la última jornada. Pero México tiene a Hirving Lozano.