La motivación es un ingrediente esencial en la receta del éxito. El deporte de élite es tan exigente que resulta impensable triunfar cuando no se tiene clarísimo que se quiere luchar por conseguirlo. Esta temporada tenemos una prueba irrefutable de ello en el Mundial con Marco Melandri y su regreso a los grandes premios de la mano de la Aprilia. El italiano era feliz compitiendo en Superbike y se ha visto, de repente y sin desearlo, subido en una moto con la que no se siente cómodo y trabajando en un proyecto que tampoco le entusiasma. La marca de Noale quería a su estrella de SBK como estandarte de su retorno a MotoGP y le convenció para que aceptara el desafío, con los resultados que ahora conocemos: ni siquiera un punto en los seis grandes premios disputados hasta el momento.

Tampoco está siendo, obviamente, una temporada sencilla para Álvaro Bautista, el otro piloto de Aprilia. Sin embargo, además de que su ritmo de MotoGP es muy superior al del italiano en estos momentos, el talante y la actitud del español le han llevado a puntuar en cuatro carreras, implicándose de una forma bien diferente en esta aventura, que sin duda lo es. La marca italiana tiene ahora un problema con Melandri, que quiere apearse de un tren en marcha pero con un sustancioso contrato que deberían resolver de algún modo antes de buscarle un sustituto. Sea cuál sea el desenlace de esta ruptura inminente, la conclusión es que se deben evitar este tipo de experimentos a toda costa, cuando un piloto no cree en lo que hace es mejor que se quede en casa o donde se encuentre satisfecho. Jugarse el tipo a 300 por hora sin ganas no debe ser plato de buen gusto…