Andrés Palop

Ante la gloria, una vez más

Me trae inolvidables recuerdos ver de nuevo al Sevilla en una final europea. Tuve la suerte de disfrutar mucho de ellas y espero que los jugadores de ahora lo hagan también. En estos partidos la experiencia influye (aunque no es lo más determinante) y el equipo que entrena Unai Emery la tiene. Me gusta además comprobar que pese a que no es novato en este tipo de encuentros, tiene intacta la ilusión de cara a hacerse de nuevo con el título continental, otro factor intangible en estas citas. El Sevilla tiene la ocasión de poner la guinda a una temporada en la que, sobre todo, ha competido a gran altura sin temer nunca a ninguno de sus rivales. Además de un título, el Sevilla tiene la vía para entrar en Champions, un paso más en el crecimiento del club.

El Sevilla parte con el cartel de favorito y va a tener que saber jugar con eso también pese a que dentro del vestuario la cautela sea la premisa fundamental. Las finales son partidos en los que hay diferentes fases dentro de ellos y hay que estar muy concentrado para leerlas de la mejor de las formas. La intensidad del conjunto de Unai marcará el duelo, como ya ocurrió en pasados choques de esta competición. Ante el Borussia Mönchengladbach o la propia Fiorentina, el Sevilla no dio un respiro a su rival. El Dnipro tiene buenas individualidades y contra el Nápoles demostró que sabe competir al máximo nivel. Uno no llega a una final sin merecerlo. Pero el Sevilla llega muy fuerte y está a 90 minutos de la gloria continental. Una vez más.