Juanma Trueba

Florentino: nada nuevo bajo el sol

Florentino es como todos. Le gusta salir en los medios. Lo niega, pero le gusta. Lo pensaba durante su intervención de ayer. Aunque advirtió que sólo contestaría unas pocas preguntas, tal y como le correspondía a su papel de hombre afligido, las hubiera contestado todas. Es cierto que estaba nervioso y es verdad que le faltaban respuestas. Sin embargo, juraría que gozaba íntimamente del momento, que disfrutaba de su exposición interplanetaria. De no ser así no hubiera programado otro concierto para la semana que viene.

Florentino es como todos los hombres adinerados que llegan al fútbol. Se cansa de los entrenadores con la misma facilidad y, en general, se aburre de modo idéntico. A partir de ese complejo de superioridad, desconfía de los profesionales, se deja aconsejar poco (y mal) y hace un esfuerzo ímprobo por dictar los textos a los periodistas. Si se queda y si volvió es porque está enganchado a lo que sólo ofrece el fútbol y no compra el dinero: la aclamación popular. Quién sabe. Tal vez por eso fiche galácticos sin medida: para asegurarse una o dos galas en verano.

Después de tantos años, después de quitarse parapetos con asombrosa imprudencia y después de despedir a Ancelotti por nada, ya no hay socios ni aficionados al fútbol que no tengan claro qué ocurre en el Real Madrid y por qué sucede. El hecho es indiscutible y se confirma a cada paso con absoluta contundencia: Florentino es como todos.