Xavi hace una gran chilena

Al irse del Barça como se ha ido, Xavi Hernández no sólo ha dado muestras otra vez de la madurez que ha exhibido en el campo desde que era un muchacho sino que ha dibujado la mejor chilena de su vida. Entre las cosas que no hizo, explicó Xavi en la que ahora ya es una histórica y saludable comparecencia periodística, que nunca había hecho una chilena. La chilena de la vida no consiste en manejar el balón como los dioses, sino en hacerlo evolucionar como los magos.

Y Xavi es un mago del fútbol, que ha manejado los tiempos de los partidos con la sabiduría de un jugador poseído por la rara habilidad que reclamaba Azorín para escribir bien: “Aquello que parece fácil es lo difícil de hacer”. Y Xavi ha hecho muchas cosas difíciles que han parecido fáciles. Aparte de lo que hizo en el campo, su relación con los demás, con los suyos y con los adversarios, con los árbitros y con el público, ha sido siempre exquisita; se le vio en el campo más enfadado con los de su equipo que con los demás. Se enfadaba con los de su equipo cuando éstos saltaban el arco de la arrogancia y protestaban o celebraban como colegiales sin la serenidad y respeto que un profesional ha de exhibir.

Ahora ya es legendaria, por otra parte, su relación con sus compañeros de Selección, especialmente con Iker Casillas, con quien solventó graves crisis que estuvieron a punto de derrumbar el buen clima creado por Vicente del Bosque.

En el terreno del Barça, ya se sabe que sin su intervención (cuya importancia él ahora disminuye) el diferendo entre Messi y Luis Enrique hubiera convertido en un infierno el último tiempo de esta época suya como azulgrana. Es, sobre todo, un jugador soberbio al que nunca se le subió la adrenalina del éxito. Con una madurez que desde muy joven desmintió su edad, se propuso ser el centro del campo en estado puro; sucedió a Guardiola en esa posición, pero también dibujó para sí el carácter que convenía a esa compleja sucesión que lo situó en un lugar clave. Fue un bálsamo en los peores momentos, y fue humilde en los buenos. Repartió juego en todos los sentidos: con la pelota y con la palabra, y también con el silencio.

No se le debe sólo la gratitud por esos factores ligados al juego del fútbol; en España hacen falta personas así y deportistas así, de la estirpe de los grandes personajes que hacen de su humildad parte de su grandeza. Su mejor chilena es haber administrado generosamente su talento poniéndolo a disposición del público que ahora le aplaude no sólo desde la grada azulgrana sino desde cualquier grada. Da gusto tener gente así.