Chelsea. Ganó el título en un partido ante el Crystal Palace en el que quedó claro lo que ha sido el tramo final de la temporada. Un Chelsea competitivo pero que ha perdido fluidez. Ha sido el mejor sin discusión.

Agüero. Golazo entre él y Silva para decidir un partido que el City ganó a pesar del mal momento de sus centrales. Horribles Mangala y Demichelis, con una tremenda sensación de inseguridad. Por ahí debe invertir más el City.

Juventus. Cuarto título consecutivo de liga para una Juventus que ha ido cambiando desde que Allegri llegó por Conte. Una Juve distinta a la anterior y sin rival en Italia. Con Tévez en un momento brillante y Vidal recuperado.

Pirlo. Vivió el partido del título en el banquillo y rompió a llorar cuando todo acabó. Pirlo, emblema de esta Juve, ve cómo cada vez que Marchisio entra por él el equipo representa más el estilo de Allegri.

Myhill. Nació en California, jugó con Inglaterra Sub-20 y es internacional absoluto con Gales. En Old Trafford hizo el partido de su vida. Una exhibición para un portero que se ha hecho hace poco con el puesto en el West Brom y cuya actuación debe valer la permanencia el equipo.

Calhanoglu. Otro golazo más de libre directo de uno de los futbolistas que mejor le pega a la pelota en Europa. Abrió un triunfo ante el Bayern que luego cerraría Brandt tras un contragolpe marca de la casa. Todavía no ha tocado techo.

Javi Martínez. Se lesionó en la Supercopa alemana en agosto y hasta el sábado no pudo volver a jugar. Entró como central en la defensa de tres de Guardiola en Leverkusen. Y de nuevo minutos para la revelación Weiser, esta vez en el lateral derecho.

Benteke. Once goles en nueve partidos para salvar al Aston Villa del descenso, y no es la primera vez. Ha vuelto tras grave lesión y debería llegar el traspaso a un grande que merece.

De Bruyne. Otra asistencia de gol más, y van 18 para uno de los jugadores más en forma de Europa. No triunfó con Mourinho en el Chelsea pero merece volver a un grande. Clave en la selección belga.

Milan. La expulsión de De Sciglio les dejó con diez y obligó al Milan a proponer un muro que el Nápoles derribó. El equipo está cerca de tocar fondo. Gran primer tiempo de un Insigne recuperado.