El hombre que lo hace todo

Hay una canción muy divertida de Astrud, un peculiar conjunto musical español que se fue a China a grabarlo. Se titula Hay un hombre que lo hace todo en España. Eso se puede trasladar al fútbol, donde hay un hombre de mediana estatura, pelo lacio y gestos aniñados, que figura como estrella principal del firmamento del fútbol y que ha decidido, con la voluntad que lo caracteriza, hacerse el dueño del equipo en el que milita. Ese hombre que lo hace todo es Messi, y habita como un extraterrestre en el Barça. Después del fracaso en Anoeta, se echó el equipo a la espalda tras una misteriosa riña con el entrenador, hombre adusto y al parecer difícil que responde al nombre, ahora coreado, de Luis Enrique.

Esa combinación de egos revueltos ha dado de sí un equipo que tiene episodios de ensueño, conducido especialmente por este hombre que lo hace todo: defiende, ataca, pasa. Las estadísticas espectaculares de la primera parte del partido de la rivalidad local de ayer hablan por sí solas: el Barça anuló de tal manera al Espanyol que parecía que la superioridad provenía de un tanque de fútbol. Si ese tanque existe se llama Messi. Pueden borrarse las otras estrellas y probablemente él seguiría en el firmamento alumbrando con un sol extraño un fútbol que tiene más calor que varios soles juntos.