El topicazo de “partido a partido” se lleva utilizando en el fútbol muchos años. Los protagonistas lo repetían como las frases “no hay rival pequeño”, “hasta que pita el árbitro no termina el partido” y tantas otras. Cuando llegó al Atleti, Simeone empezó a reiterarlo en cada conferencia de prensa y, de repente, lo de “partido a partido” se convirtió en la fórmula mágica para obrar el milagro de volver a hacer al Atlético campeón. Todo ello apoyado en la cultura del esfuerzo, la lucha diaria para buscarse la vida y el trabajo en equipo (en equipo, Cholito, ¡en equipo!), la convicción de que lo importante es el grupo por encima del individuo, que sumando individualidades y poniéndolas al servicio del colectivo se podía lograr la proeza de ganar una Liga con 90 puntos a Madrid y Barça, las dos superpotencias del fútbol mundial, y alcanzar la final de Champions.

Lo de “partido a partido” sí es una realidad en el ideario y en el día a día de Simeone. Es “partido a partido”, pero sabiendo siempre qué partido se juega. Ante el Depor buscó la victoria jugando con el menor desgaste posible. “Partido a partido”, pero no juega todos igual. “Partido a partido”, pero el de esta noche es a morir. Después de siete derbis seguidos sin perder ante el Madrid, el de hoy es un derbi de los de futbolín. Es un pierde-paga. Una derrota trae consecuencias. Una victoria o un empate con goles es otro pasito hacia la gloria, un avance hacia la Copa de Europa que la historia le debe al Atleti.