Los pilotos tampoco se creen el cuento de McLaren

Fernando Alonso dejó en evidencia a su nueva escudería cuando afirmó, taxativamente, que su accidente en Montmeló fue consecuencia de un problema en la dirección del monoplaza. Ni un error suyo, ni una indisposición, ni un golpe de viento… Lo que ocurre es que McLaren ha perdido ya todo el crédito en este asunto y le va a costar recuperarlo. Tampoco ayuda que Jenson Button, sólo unas horas después de la comparecencia de su compañero de escudería, dijera que ni siquiera él se cree que pudiera fallar la dirección del MP4-30, del mismo modo que encuentra inaudito que la telemetría no recoja ningún dato que otorgue validez a esta teoría. Más leña al fuego…

Ayer, en la reunión de pilotos, fue el mismísimo campeón vigente quien pidió más aclaraciones sobre lo ocurrido. Lewis Hamilton tampoco se fía de los argumentos de McLaren (quizá porque fue su escudería y conoce sus argucias) y exige que se hagan públicas las conclusiones de una investigación de la FIA que está durando ya demasiado. Sebastian Vettel habló en su día de lo extraño del caso y da la impresión de que son varios los pilotos que andan con la mosca detrás de la oreja con lo ocurrido. No es que les preocupen las dificultades de un rival, lo que les inquieta es que su seguridad pueda verse comprometida por un coche que queda fuera de control sin que se conozcan los motivos con exactitud. Al menos volvemos a encontrar a Alonso en pista y si el fin de semana se desarrolla con normalidad quizá la tormenta vaya amainando. Pero de tranquilidad, por el momento, nada de nada…