La Gala del poder del deporte

La Asociación Española de la Prensa Deportiva entregó sus premios. Fue una Gala larga. De hora y media. Noventa minutos dando premios son muchos minutos. Pero, afortunadamente, es lo que tenemos: campeones por doquier. Sobre el escenario los hubo de fútbol, de natación, de sincronizada, de waterpolo, de motociclismo, de gimnasia, de baloncesto, de ciclismo, de atletismo, de halterofilia, de taekwondo... Del Mundo y de Europa. Mujeres y hombres. Individuales y por equipos. Y aún se echaron en falta unos cuantos. Campeones tan buenos y tan mediáticos, que el último premio, generalmente reservado al deportista más admirado, se entrega a una nadadora en lugar de al equipo que ganó la Champions, y todos lo celebran.

Ya no son sólo el Madrid y el Barça. Ni el Atlético, el Sevilla o el Valencia. Tampoco, Alonso, Nadal o Gasol. Es Mireia Belmonte, es Laia Sanz, es Lidia Valentín, es Valverde y el Movistar, son los Márquez, son las chicas del baloncesto, la gimnasia, la sincro y el waterpolo... Detrás de las grandes locomotoras del deporte hay un montón de campeones que también tiran con fuerza. Tantos, que dan para esa Gala de hora y media, que aún se quedó corta, pues Lourdes García Campos y David Figueira, los presentadores, tuvieron que ir a toda prisa para no salirse del tiempo que había para la televisión. Una lástima. Los veintidós premiados, más Jorge Luengo y Ara Malikian, daban hasta para más que las cuatro horas de los Goya. Así se las gasta nuestro deporte.