Nani Roma ya tiene ganas de revancha en el Dakar

Esta vez no pudo visitarnos en la Redacción de AS con su estatuilla de touareg debajo del brazo. El destino fue cruel con Nani Roma y le arrebató su ambición de renovar el título en coches del Dakar en la primera jornada de competición. Una pieza defectuosa, nos cuenta, dejó en la cuneta un Mini que hasta entonces parecía indestructible. Nadie esperaba que la bomba de aceite dejara sin presión al motor y menos aún que semejante desastre se consumara cuando la carrera apenas había comenzado. Un varapalo en toda regla incluso para un luchador como Nani, que se tuvo que levantar cada mañana para continuar compitiendo sin en realidad hacerlo, porque el triunfo es lo único que realmente tiene sentido para él y sabía que esa satisfacción era una utopía en esta ocasión.

Por eso creo que el gigante de Folgueroles sería feliz si mañana empezara ya el Dakar 2016. Tiene ganas de revancha desde el convencimiento de que éste también pudo ser su año, en condiciones normales hubiera sido un serio escollo para Al-Attiyah. La suya era la apuesta más sólida, la de la continuidad y la solvencia, estaba más preparado que nunca para el desafío y su coche también… menos esa dichosa bomba de aceite que muy pocas veces se rompe y tuvo que hacerlo de la forma más inoportuna. La lectura positiva de este desastre (su vuelco y retirada posterior se quedan en anécdota una vez que el objetivo se había esfumado) es que Nani no ha perdido ni una pizca de esa actitud ganadora, de su ambición y sabe que seguirá disfrutando de los medios necesarios para volver a intentarlo.