La seguridad no mejora por casualidad

Por más que estemos acostumbrados a verlo en cada carrera, muy a menudo no deja de sorprendernos. Los pilotos de motos sufren caídas espeluznantes y a continuación, en un elevado porcentaje de casos, se levantan como si tal cosa. Por fortuna se ha avanzado mucho en materia de seguridad y no es fruto de la casualidad, sino de un constante trabajo de todos los implicados en garantizarla. Por supuesto que en este deporte el riesgo cero no existe, suena a utopía, pero sí que resulta posible minimizarlo mejorando los factores fundamentales que propician la reducción de las consecuencias de los accidentes. Básicamente son tres los pilares sobre los que se asienta esta evolución tan beneficiosa: la condición física del propio piloto, su equipamiento y los circuitos.

Parece indiscutible que un piloto en forma está más preparado para soportar los impactos, sin olvidar que la experiencia también es clave, ya que facilita una mejor gestión de la caída en determinadas ocasiones (no siempre es posible). En segundo lugar, las empresas especializadas en material para motoristas desarrollan soluciones ingeniosas y efectivas, con componentes de altísima calidad y tecnología: desde cascos a guantes pasando por botas o los airbags de espalda. Por último, aunque no menos importante, la seguridad se ha convertido en una de las obsesiones de todos los implicados en el Mundial y esa dedicación ha propiciado que los actuales trazados sean muchos menos peligrosos que los de hace algunos años.