Un conjunto que se repite de memoria

Después de unos años maravillosos en los noventa, con el título olímpico y mundial, el conjunto español se fue diluyendo en la nada hasta convertirse en testimonial en la alta competición. En esta década ya no se daba ni un euro por la suerte de España en los grandes eventos, como comentaba Anna Baranova recientemente en unas jornadas en el COE. Demasiadas sensibilidades enfrentadas en la Federación Española y cambios de técnicos para tocar fondo.

La catarsis llegó con la recuperación de Baranova para llevar al conjunto, limitado al sénior por asuntos presupuestarios. Y la entrenadora, en su segunda época al frente de España, apostó por la única posibilidad que tenía la Selección para salir del ostracismo: la dificultad. Ahora bien, para conseguir que el ejercicio llamase la atención tenía que tener mimbres, y esos los forman Sandra Aguilar, Artemi Gavezou, Elena López, Lourdes Mohedano y Alejandra Quereda, que se repiten de memoria en la rítmica pese a ser la suya una modalidad casi impersonal. Pues bien, las cinco ganaron en Kiev 2013 el oro en mazas. ¿Sonó la flauta? Se ve que no: volvieron a ganar en Esmirna este año.