El dopaje, no para, crece

Existe la posibilidad de que Nibali no pueda correr el Tour a consecuencia de las malas prácticas que se están descubriendo entre los ciclistas de su equipo, el Astana. El equipo kazajo ha tenido cuatro positivos en lo que va de año, y en la línea de tolerancia cero emprendida por la Unión Ciclista Internacional está retirarle la licencia que da derecho a participar en todas las grandes carreras. No sería justo generalizar, y que por tanto Nibali pagara las consecuencias del dopaje de sus compañeros, pero en el ciclismo hay una autorregulación aceptada por ciclistas y equipos para acabar con todos los abusos que se han cometido. ¿Qué tendrían que hacer Nibali y otros compañeros? Salir corriendo antes de que el dopaje acabara con el propio equipo.

Han sido muchos los conjuntos que han desaparecido a causa del reiterado dopaje de sus ciclistas. Recuerdo el Phonak, y entre los nuestros, el Xacobeo. Hay cosas que se ven venir, y los ciclistas, que están dentro del entramado, deben ser los primeros en apreciarlo. El dopaje sigue estando ahí. Cada vez hay menos escándalos, pero el goteo es incesante. Sobre todo en el ciclismo y el atletismo. Actualmente tenemos 121 ciclistas y 359 atletas sancionados, y cuando los casos se acumulan es como para tomar medidas. Españoles, por cierto, cinco ciclistas —Barredo, Ros, Castro, Belda y Jonathan González— y cuatro atletas —Sergio Sánchez, Escobar, Gamonal y Lozano—. Son los propios deportistas quienes tienen que decir basta.