En EE UU, las películas brotan solas

Un mito de 38 años; Peyton Manning, al que en 2011 se dio por acabado y fue despedido por su equipo de toda la vida, los Indianapolis Colts. Una franquicia, los Royals, objeto de chistes, 29 años sin entrar en play­offs y, quizás la peor del siglo XXI. Hoy son los héroes de EE UU. El deporte es maravilloso y nadie lo vende como ellos. La NFL es el mejor ejemplo de que, si el producto es bueno, menos es más: 16 jornadas de liga y cuatro de playoffs hacen que cada partido sea fundamental. Resultado: 5.000 millones anuales de televisión y el trono indiscutible del deporte yanqui: 34 de los 35 programas más vistos de 2013 fueron partidos de la NFL...

Con semejante escaparate, Manning es el hombre anuncio ideal. Ciudadano modelo y quarterback perfecto con una tremenda historia de superación tatuada en la cicatriz que le recorre el cuello, el recuerdo de esa fusión de dos vértebras que amenazó algo más que su carrera deportiva. En el irresoluble debate entre él y Tom Brady, pone la estadística y el de Patriots los títulos (3-1), pero la historia no hará distinciones: ambos son leyenda. Y estadounidenses, así que habrá peli. Y será un historión.