Alonso debe dejar Ferrari

La ruina que han dejado Montezemolo, Domenicali y compañía en Ferrari va para largo. Sus ceses no van a solucionar en unas semanas un trabajo que lleva años. El retraso es muy grande respecto a sus rivales. En Singapur, Alonso salió a morir. Se vio en la primera frenada tras la arrancada. La cabeza le pide guerra y sus manos le permiten casi todo, pero el F14 T que le diseñaron Tombazis, Byrne y Allison no da para más. Lo que Lauda llamó “coche de mierda”, Allison lo calificó como un monoplaza difícil de conducir, con una mala carga aerodinámica delante, con un tren trasero que hace perder el control y un motor que no tiene potencia. Es decir, en austríaco, un “coche de mierda”. Niki tenía razón, aunque la palabra mierda no sea muy diplomática.

Pese a todo, Alonso nos entusiasmó en Singapur. Nos hizo soñar el viernes, el sábado y durante buena parte del domingo. Algunos incluso llegamos a creer que podía ganar o hacer podio. Se lo prometo. Disputó la prueba con un arrojo irreprochable, no hay más que ver el resultado final de Raikkonen (octavo en la carrera y a 88 puntos del español en el Mundial, casi el triple). Y el finlandés no es precisamente un zote. La solución a corto plazo se me antoja imposible por mucho jefazo que cambien. Esto se mejora con ingenieros y no con burócratas de buenas palabras. Y además el equipo le pone zancadillas, tal y como denunció el jueves. Lo mejor sería marcharse con rumbo al norte de Italia. Puede irse tranquilo y con la cabeza muy alta.