Juanma Trueba

Plaza mayor

Camino Londres. Julian Assange, creador de Wikileaks, se ha ofrecido a abandonar la embajada de Ecuador en Londres para dejar sitio a Casillas. El portero del Madrid medita refugiarse allí ante la persecución de la que es objeto. Como es sabido, Iker ha matado a la señora madre de Bambi, a Chanquete y a Manolete (al torero, no teman). También es responsable de la quiebra financiera, del calentamiento global y del tinte de Bigote Arrocet.

Bien asociado. Después del derbi ya se puede decir: el enchufe de Benzema en el Real Madrid sólo es comparable al que permitió a Paquirrín jugar al fútbol en la cantera blanca. Me corrijo: Paquirrín lo tuvo peor. Si Florentino le hubiera apadrinado, Kiko Rivera sería ahora mismo delantero del Madrid y desde los conductos oficiales se diría que no marca goles, pero que se asocia bien. Y no verlo es no saber de fútbol.

Queridos nietos. Algún día nos tocará explicar a las generaciones futuras que hubo una época en que algunos madridistas pitaban a Casillas, ensalzaban a Arbeloa, sospechaban de Sergio Ramos, renegaban del señorío, de la prensa libre, de la prensa en general y de las voces disidentes. Además, en ocasiones, veían topos.

Hábil jugada. Visto el cariz de los acontecimientos (a seis puntos del Barça a mediados de septiembre), el Real Madrid apoyará en su próxima Asamblea el derecho a decidir de Cataluña, la independencia de los pueblos y la integración express del Barcelona en la liga francesa, germana o polaca. El objetivo es respetar la voluntad de las gentes, hacer uso pleno de la democracia y ganar un puesto en la tabla.

Queen Mary. Por cierto, mediocre partido de Di María en Old Trafford: ayudó en defensa, colaboró en la creación, marcó un gol, propició otro y asistió en uno más. Cuentan desde Manchester que, una vez terminado el encuentro, pasó una mopa por la grada, pero este extremo no está confirmado. Lo que está claro es que pedía mucho dinero para seguir en el Madrid. El muy avaro. Otro malvado ser.

Ecos del derbi. Después de sus últimos resultados en el Santiago Bernabéu, el Atlético se está planteando renunciar a La Peineta (a estrenar en algún año del próximo siglo), y compartir estadio con el Real Madrid, al estilo de los comunales italianos. Así lo propondrá Enrique Cerezo a su homólogo madridista en cuanto los médicos consigan controlar su risa floja.

No hay derecho. Seamos claros: la selección española de baloncesto no alcanzó la final de la Copa del Mundo por culpa de los árbitros. En estos casos, siempre se espera que el país organizador reciba alguna ayuda. Pues no llegó. Ni nos ayudaron en los rebotes, ni le pitaron técnica descalificante a Diaw por mirarnos mal, ni expulsaron a Orenga por mirarnos bien. Resultado: la paliza de EE UU se la llevó Serbia.

Horror no forzado. Peculiar estreno de Carlos Moyá como capitán de la Copa Davis. Se esperaba que su presencia y su personalidad sirvieran para involucrar en el equipo a su amigo Rafa Nadal y al resto de figuras españolas. Bien, pues fuimos a Brasil con lo puesto y volvemos con menos que eso. España ha perdido la categoría y los tenistas patrios (Bautista y Andújar al margen) han perdido la razón.