Desde hoy, ba-lon-ces-to

Hace ocho años, sólo ocho años, pensar en ganar un Mundial de baloncesto era un sueño. No sólo fue posible, sino que ahora, ocho años después, se va a volver a intentar. Y con mayor fuerza que entonces. En aquella ocasión Estados Unidos se consideraba fuera de categoría. No nos llegamos a enfrentar a su selección, porque en las semifinales cayó ante Grecia. Ahora sólo nos tocaría en la final. Impone respeto, pero no miedo. No traen su mejor equipo, y el nuestro es aún mejor que el de hace ocho años. Siguen Pau y Marc Gasol, Navarro, Calderón, Reyes, Rudy y Sergio Rodríguez. Hemos cambiado a Cabezas por Ricky, a Berni por Llull, a Mumbrú por Abrines, a Carlos Jiménez por Claver y a Garbajosa por Ibaka.

La mayor potencia de juego interior nos ha hecho perder efectividad en los tiros de tres, y si en los partidos de preparación de hace ocho años la anotación media del equipo fue de 89 puntos, ahora ha sido de 79. A cambio hemos ganado músculo e intensidad defensiva; los 65 puntos encajados de media por partido se han convertido en 60. La conclusión no es mala: difícil perder un encuentro con defensa tan eficaz. Encima jugamos en casa, lo cual no es decisivo —el Eurobasket de 2007 lo perdimos en España—, pero a la hora de elegir preferimos hacerlo aquí. Hoy se inicia la competición. Son nueve partidos, contando la final, el domingo 14 de septiembre. Cinco de liguilla, y cuatro a cara o cruz. Contamos con estar en todos.