Mateu cambió el discurso

Las mediáticas imágenes de los equipos son engañosas. Si Mateu Lahoz (gran deportista y estupendo árbitro) no hubiera anulado el fabuloso gol de Gorka Iraizoz de cabeza o decretase como penalti (y expulsión) el manotazo de Weligton sobre Aduriz (no lo vio) o dictase como máxima pena el derribo de Kameni sobre el mencionado Aduriz en la última jugada del Málaga-Athletic, la corriente mediática hablaría de ‘carencias’ ‘mala planificación del director deportivo blanquiazul’ o ‘Málaga mal construido’ y masacraría a Duda y Antunes por unas expulsiones que dejaron a su equipo con nueve jugadores entre los minutos 87 y 91. El Málaga ganó. Pero falló demasiado.

Por encima de ‘cambios en los reglamentos’ para tapar la realidad hay errores que sonrojan a unos defensores. Unos centrales no deben permitir que un portero les meta un gol de cabeza y su cancerbero no ha de salir a por uvas en la última jugada de un partido. El Málaga juega bien. Pero el sábado fue frívolo. Las decisiones en cinco minutos de un árbitro han condicionado (para bien) la crítica deportiva. No nos engañemos. El Málaga tiene que mejorar y sobre todo en defensa. Ojo.