En Anfield será la gran revancha

Me encantó el sorteo para el Madrid. Una maría con héroes dignos de un guión hollywoodiense, el modesto Ludogorets. Un equipo suizo cuyo principal morbo es el color de su camiseta (juega de azulgrana y parece el Barça suizo). Y un plato fuerte ante el club que llena una de sus manitas con las Copas de Europa (Liverpool). El 22 de octubre será la cita en el mítico Anfield. Un estadio que te hace llorar de emoción cuando oyes por la megafonía el You’ll never walk alone, la madre de todos los himnos del fútbol mundial. El 4-0 de hace cinco años aún escuece. Y lo del famoso chorreo. Pero no olvido que el árbitro se inventó un penalti de Heinze (dio al balón con el hombro) y perdonó a Torres una clara falta sobre Pepe que acabó en gol (ilegal). Habrá revancha.

Lo que no me gustó es que el calendario de la UEFA volviese a tocar las narices a los intereses del rey de la Décima. El Liverpool-Madrid se jugará el 22 de octubre, a sólo tres días del Clásico con el Barça. Curioso. El equipo de Luis Enrique tendrá 24 horas más de descanso porque se medirá el martes 21 al Ajax, y encima al calor de su casa (Camp Nou). Da igual. El Madrid puede que viaje a Liverpool con la clasificación encauzada, dado que lo normal es que sume los seis puntos ante el Basilea (en el Bernabéu el 16 de septiembre) y en Razgrad (Bulgaria) el 1 de octubre. Eso sí, menos mal que en la fase de liguilla no hay tandas de penaltis. Cosmin Moti cumplió el sueño utópico del fútbol. Fue juez y verdugo. Metió el suyo y paró dos. Sin ser portero. Guante de Oro...