¡Caramba con Estados Unidos!

El continuo goteo de descartes que ha ido sufriendo la selección de baloncesto de Estados Unidos nos ha creado la sensación de que venía al Mundobasket con un equipo menor. Eso aumentaba nuestra confianza en que, por fin, la podríamos ganar después de haberla hecho frente en los Juegos Olímpicos de Pekín 08 y de Londres 12, si bien es verdad que en nuestra Selección nadie lanzaba las campanas al vuelo. Estados Unidos, por mucho equipo B que traiga, sigue siendo Estados Unidos, es decir, la máxima potencia en el baloncesto. Ayer lo pudimos ver ante Eslovenia. Sus jugadores no serán los números uno, pero hay momentos en que parece que están dispuestos a demostrar que lo son. O sea, que menos confianzas.

Cuando se ponen serios alcanzan velocidades de vértigo, con parciales demoledores. Parciales, por cierto, que había que ir contando, porque en la transmisión no hubo marcador ni cronómetro. ESPN, que ofreció el encuentro en EE UU, pidió la señal limpia para rotularla con su grafismo, y así la lanzó Teledeporte. Ni TVE, ni la Federación Española de Baloncesto, encargada de la producción, ni el Cabildo, que la subcontrató, se ocuparon de ilustrar esa señal limpia que salía hacia EE UU. El resultado fue deplorable. Ver un partido de baloncesto sin marcador ni cronómetro se hace difícil de seguir. TVE fue quien menos culpa tuvo, pero a ojos del espectador la tuvo toda. Los discursos son de quienes los pronuncian, no de quienes los escriben.