La F-1 es más compleja de lo que podemos imaginar

Una de las mayores ventajas de seguir los grandes premios de Fórmula 1 en la plataforma de pago de MovistarTV es la posibilidad de ver las ruedas de prensa íntegras que se ofrecen desde los circuitos, algunas de ellas muy interesantes. Es el caso de las protagonizadas por los responsables técnicos de las escuderías, como la de la ayer en Spa-Francorchamps, en la que, por cierto, en representación de Ferrari estaba James Allison y no Pat Fry, un síntoma más de en quién ha depositado la confianza Mattiacci para su proyecto. Hubo aportaciones valiosas en el discurso de expertos como Newey (Red Bull), Smedley (Williams) o el propio Allison. De entre todas, dos asuntos que se repitieron me resultaron especialmente llamativos.

El primero es el error que supone cuando a menudo trivializamos con cuestiones técnicas de la F-1, todo en ella es mucho más difícil de lo que imaginamos. En varias ocasiones, estos ingenieros no tuvieron respuestas claras para ciertas preguntas, confesaron carecer de un criterio claro sobre algún detalle o mostraron una prudencia loable en sus opiniones. Y si ellos lo ven así, me parece un atrevimiento hacer juicios de valor alegremente sobre algo tan complejo. Por otra parte, me llamó la atención también que se hicieran un par de referencias a MotoGP como un modelo comparable en determinados aspectos, cuando tantos son los que sostienen que carreras de coches y motos son dos deportes tan dispares. Pues parece que la cosa no es así de clara...