Garbajosa, el líder silencioso

Jorge Garbajosa ha escrito un libro. Bueno, lo ha escrito magníficamente José Joaquín Brotons después de que quien fuera gran jugador le contara su vida. Es una vida que merece la pena conocer. Garbajosa ha sido jugador del Baskonia, del Treviso, del Unicaja, de Toronto, del Madrid y del Khimki. Pero, sobre todo, de la Selección. Fueron 167 partidos internacionales en los que ganó el oro del Mundial de Japón y el del Europeo de Polonia. Dos campeonatos tremendos, duros y difíciles. El primero, por la lesión de Gasol; el segundo, por la sucesión de resultados adversos que pusieron a la Selección en una complicadísima situación. A través de las confesiones de Garbajosa se comprende el porqué de una Selección quizá irrepetible.

Luego está la personalidad de Garbajosa. Un tipo peculiar. Tímido, como él mismo confirma, pero al mismo tiempo capaz de ser un líder. Un líder silencioso, que es como se titula el libro. Iba para futbolista y un buen día se encontró con que le estaban enseñando a jugar al baloncesto. Tuvo que experimentar una gran transformación. Sólo así se explica que un tímido recalcitrante como él se atreva a lanzar la última canasta de un partido decisivo ante 15.000 espectadores pendientes de él en la cancha, y millones en la televisión, o a jugar en la NBA o en Rusia. Son situaciones límite a las que se fue enfrentando y venciendo. Es su historia, pero es también la historia de muchos compañeros. Leerlo merece la pena. Es la versión humana del baloncesto.