Del cañonazo de Bale a los penaltis

Me gusta esta ‘International Champions Cup’. Algunas cosas dejó buenas Mourinho de su paso por el Madrid y una de ellas fue su implicación en este torneo, una especie de remedo, mejorado, de aquella ‘Serie Mundial de Caracas’, conocida como ‘Pequeña Copa del Mundo’. Aquí pasa como pasaba entonces: no son meros amistosos, se juegan a conciencia, con tanto ardor que a veces se escapan demasiadas patadas. Se nota que hay algo en juego, que importa. Participan ocho equipos de prestigio internacional, todos con vitola de cuartofinalistas de Champions o más. Se nota el interés.

Ya saben: va de dos grupos de cuatro, que juegan liguillas separadas, y los respectivos campeones se enfrentan en una final. Es, desde luego, pura pretemporada, con la preparación aún recién sin completar y, en año de Mundial, como este, con muchas ausencias. Pero a cambio hay un aire de seriedad. Por ejemplo, a los chicos de la cantera se les pudo ver ayer en situaciones de ‘fuego real’. Por cierto, excelente Lucas Vázquez. Hábil, valiente, encarador, inteligente y trabajador. Lo que Carvajal pegaba (se le fue un poco la cabeza) se lo devolvían a él y no se alteró. Él siguió siempre a lo suyo.

Y bueno también ese estrambote de las tandas de penalti en caso de empate, para darle un segundo punto al ganador de la misma. Este tipo de competiciones agradecen estas pequeñas transgresiones en pos del ‘show’ y más todavía en Estados Unidos. Lástima que le saliera mal al Madrid, lo que le pone un poquito a contrapié. En el primer tiempo había mandado, pero tantos cambios dejaron al equipo casi sin referentes. En cierto modo, mereció el castigo. Pero quedémonos con lo bueno: Jesús, Lucas Vázquez y Bale, que ha vuelto con el cañón bien afinado. Este debe ser su año.