El equipo no se pone nervioso”. La frase de San José, que contrasta con mi sensación de lo que pasó en el Camp Nou en la segunda parte, me hizo reflexionar. Y es que, realmente, salvo Laporte, que juega con la tranquilidad de un campéon del mundo, Balenziaga y un Rico que sabe de sobra de qué va esto, el Athletic que maneja Valverde se ha curtido ya en importantes batallas. Ha jugado y perdido finales de Copa y Europa, pero también ha estado templado y seguro en partidos cruciales como ante Manchester United, Schalke y Sporting de Portugal. No ha temido mover la pelota con criterio frente a Barça y Madrid.

Este Athletic es, por lo tanto, un grupo con batallas a cuestas. También las tiene su técnico, que necesita un éxito por todo lo alto después de frustraciones pasadas en encuentros definitivos. La gran campaña e idea de fútbol de estos leones merece un final feliz. Todo será más sencillo con una afición encendida, apretando, como sucedió en el fantástico 3-0 copero al Sevilla. La recompensa lo vale.