La vuelta de Guardiola al Bernabéu se volvió amarga. Para empezar sufrió una brutal pitada inicial de una afición que ni olvida ni perdona su pasado con el Barcelona. Después, cuando el balón rodó, todo recordó a los Clásicos en los que estaba Pep. El Madrid estaba agazapado atrás y el Bayern dominaba el balón, pero no tenía profundidad. Beckenbauer criticó, y con razón, la situación del equipo. Tener el balón no te hace ganar partidos si no tiras a puerta. Además, el técnico español se equivocó con la pareja Lahm-Schweinsteiger. El lateral no consiguió frenar los contragolpes blancos, que era su labor. Se echó en falta un muro de contención en la medular, papel que cumple a la perfección Javi Martínez.

Es la primera derrota en el Bernabéu de Guardiola, pero deberá reponerse cuanto antes. Quienes le conocen bien están seguros de que lo hará y de que sorprenderá al Madrid en Múnich. Aún así, en la vuelta será una labor difícil. El Bayern tiene que atacar para remontar la eliminatoria, pero no puede volcarse porque los de Ancelotti son un ciclón que arrasa con todo en los contragolpes. Tendrán que igualar el marcador sin descuidar los truenos que puedan lanzar Cristiano, Bale o Benzema contra la portería de Neuer. Para la épica, el Allianz arderá y jugará un papel importante. Casi definitivo. Lisboa es el premio que espera y Guardiola necesita imponerse para despejar las dudas de su fútbol.