La arbitrariedad del fútbol es uno de sus peores defectos. Una patada voladora a veces no recibe ni una amarilla como castigo, mientras que una celebración eufórica se puede traducir en cinco partidos de sanción. Ahora, imaginen que ese castigo lo recibe un niño de siete años por patear un balón al aire e, involuntariamente, golpear al árbitro. No es una broma. Ha sucedido en Alcalá de Henares.

El pequeño Lucas, jugador del Ciudad Henares, está cumpliendo cinco partidos de castigo por la desafortunada acción. El pasado 4 de marzo, según recoge la web Deportealcala.es, el equipo de Lucas se impuso al Villalbilla. El entrenador ganador no lo sabía, pero uno de sus jugadores acababa de ser castigado con cinco partidos sin jugar por agredir al colegiado. Es prácticamente todo lo que resta de campeonato.

“Acabado el partido los niños se saludan deportivamente y nuestro jugador, de alegría, tiró el balón de un pelotazo al aire con tan mala fortuna que le dio al árbitro, estando este de espaldas. Cuando siente el pelotazo el árbitro no dice nada a nadie”, indica el vicepresidente del club en declaraciones a Diario de Alcalá. “Hemos puesto un recurso a la sanción y no hemos sido escuchados, ya que teníamos testigos de otros clubes y no fueron citados a declarar ante el Comité de apelación”, apostilla el entrenador de Lucas.

Desde el club afirman que recurrirán a la justicia, una vez agotadas las instancias deportivas a las que acudir. El gran perjudicado, que no juega desde la victoria ante el Villalbilla, ha escrito de su puño y letra una carta a los responsables de la competición prebenjamín, la Federación de Fútbol de Madrid, para que le permitan volver a jugar:

“Si me puedes ayudar te lo agradezco, pero que sepas que nunca te quise dar con el balón aposta”. Las palabras de Lucas, de momento, no parecen haber cambiado el parecer de la competición. Mientras tanto, su club está volcado para lograr el levantamiento de la sanción. Los ‘mayores’ del club incluso han saltado al campo con camisetas de apoyo al pequeño Lucas, deseoso de volver a jugar a su deporte favorito.