El reality show de Antena 3, "Casados a primera vista", se despidió ayer con la emisión de su final, y ha dado paso a un triste desenlace protagonizado por una pareja a través de las redes sociales.

Jonathan y Sabrina fueron una de las dos parejas que decidieron seguir adelante con su relación una vez finalizado el programa. Pero no duraron mucho, puesto que ella ha revelado a través de su cuenta de Facebook que ha denunciado a su ya exmarido por "violencia de género".

En un escueto texto a través de la citada red social, Sabrina ha explicado: "Quería deciros que todo está en manos de quien tiene que estar. Y que todo se paga en esta vida. Tengo todo todo en mis manos. Os doy una pista de lo que yo estoy sufriendo (violencia de género). Pero gracias a Dios que tengo todo en mis manos. Estoy contenta y muy feliz porque me están dando todo por la Justicia. Cuando pueda os enseñaré la sentencia. Y enseñaré con pruebas lo que estoy sufriendo. Muchas gracias a todos por vuestras muestras de cariño".

Jonathan dice que la denuncia es "falsa" y que no tiene pruebas

También a través de sus cuentas en las redes sociales, Jonathan ha negado la grave acusación diciendo que la denuncia es "falsa" y que Sabrina no ha presentado "ninguna prueba".

El acusado a su vez ha difundido un vídeo con Tito, integrante del programa con otra pareja, en el que solo afirma: "Yo soy un señor de los pies a la cabeza y no quiero comentar nada al respecto".

¿Cuenta un amigo de Jonathan la verdad?

Aunque Jonathan ha preferido ser prudente y no responder a la grave acusación de Sabrina, su amigo Adrián, que incluso apareció en una de las entregas del reality en Antena 3, ha salido a defenderle.

Éste ha defendido a su amigo asegurando que "este chaval se ha portado como un señor y la tipa ésta sin dignidad le está haciendo la vida imposible".

Adrián también dice que Jonathan tuvo que marcharse de su propia casa, en la que los dos convivían, para que no hubiese problemas, mientras que ella se quedó allí. Por si fuera poco, acusa a Sabrina de haber llegado a rayar el coche de su amigo.