Estas leyendo

La apoteosis del Apocalipis

Bethesda

Bethesda

Opinión

La apoteosis del Apocalipis

Fallout 4 mantiene el espíritu de supervivencia de anteriores entregas pero amplía sus dimensiones hasta proporciones inimaginables.

Hay un sentimiento arraigado en el interior del ser humano que nos atrae hacia los temas apocalípticos. Literatura (La Tierra permanece, La muerte de la hierba, La carretera…), cine (Mad Max, El último hombre sobre la Tierra, 12 Monos…) e incluso televisión (The Walking Dead, The Last Ship…) han explotado prolijamente este filón nihilista.

Y, cómo no, varios videojuegos han llegado últimamente para tomar el relevo: The Last of Us, Mad Max… pero sobre todos ellos destaca una saga, Fallout, que ha reunido en una sola obra lo mejor de todas ellas: lucha diaria por la supervivencia, entorno hostil, una humanidad que ha caído en la barbarie y la búsqueda de la esperanza.

Todo eso y más es el nuevo Fallout, una obra descomunal que retrata una humanidad que trata de recuperarse de un apocalipsis nuclear dos siglos atrás. La historia principal, que no es el punto fuerte del juego, arranca con ciertos titubeos pero a medida que el jugador progresa en la partida se van abriendo nuevos arcos argumentales que enriquecen, y mucho, la trama general. El yermo está menos vacío que en anteriores entregas, la civilización vuelve a abrirse paso, pero eso no significa que la aventura vaya a ser fácil. De hecho, el nivel de dificultad es más elevado que en anteriores entregas, sobre todo al comienzo, donde habrá que tener mucho cuidado y apoyarse en ayudas como el V.A. T. S (sistema automático de apuntado) para poder seguir vivo. Aquí también echarán una mano los acompañantes, que en los primeros niveles serán francamente útiles, pero después limitarán sus papeles a ser una distracción para los múltiples enemigos y unos eficaces mulos de carga.

Para los veteranos en la saga volver a hacerse con las mecánicas apenas llevará media hora, pero para quienes se acerquen por primera vez al universo Fallout moverse con soltura por el juego será todo un reto, ya que no hay ningún tipo de ayuda o tutorial (supervivencia en estado puro).

La exploración del mapa y la recolección de recursos, cual chatarrero, vuelven a ser imprescindibles: habrá que acarrear todo tipo de materiales a los asentamientos para mejor los poblados, sus defensas, las armas y las armaduras.

Aunque Fallout 4 es un juego de rol de proporciones descomunales, se ha implantado un sistema de puntería mucho más cercano al shooter, que asegura unos combates mucho más dinámicos. Eso sí, el gasto de munición, recurso que tampoco abunda en exceso, es mucho mayor que con el V. A. T. S. Los enemigos son los de siempre: necrófagos, mutantes, saqueadores, animales mutados, sanguinarios… y alguna desagradable sorpresa.

El grado de personalización es altísimo, tanto en la descripción física del protagonista, como en todos los apartados que afectan al juego: árbol de habilidades (S.P.E.C. I. A.L.), armamento, protecciones, asentamientos… Es imposible encontrar dos partidas iguales, vamos, ni siquiera semejantes. Además la libertad de acción es total, de tal forma que salvo la historia principal, el usuario puede enredarse en las infinitas misiones secundarias en el orden que quiera, elegir que zonas explorar, obviar un determinado encargo, alistarse en una de las facciones dominantes, dedicarse a comerciar, explorar, robar, crear drogas, comidas, armas, protecciones…

Gráficamente se nota el salto de generación, pero sus descomunales dimensiones le penalizan algo este aspecto; si bien todo cumple con nota. La ambientación vuelve a ser magistral, con esa mezcla retro y futurista que también ha funcionado en las anteriores entregas. La zona elegida para situar el refugio 111 ha sido Boston, cuyas calles aparecen algo más pobladas que en anteriores episodios, nada que ver con el desolado Washington.

Pocos peros se le pueden poner, quizá le falta gancho a la historia principal (demasiado lineal y maniquea), pero por lo demás sigue siendo una obra maestra, un título colosal y que ofrece muchas, pero que muchas horas de entretenimiento. Fallout es tan largo e inmersivo como el jugador quiera. Descubrir todos sus secretos es casi imposible. Si su temática le convierte en un juego de culto, sus ventas lo erigen como un fenómeno de masas con unos ingresos de 750 millones de dólares en su primer día: el apocalipsis está de moda.

0 Comentarios

Para poder comentar debes estar Registrado y haber iniciado sesión. ¿Olvidaste la contraseña?

También te puede interesar