Son semanas difíciles para la compañía de la manzana. Tras el "regalo del último disco de U2", listo para descargar en tu 'iCloud", sin consentimiento expreso de los usuarios, el retraso en el lanzamiento del software HealthKit, llega el escándalo del lanzamiento del iOS 8.
Un software que, a priori se presenta como la novedad de la plataforma para los terminales, a partir de iPhone 4, y que a las pocas horas de su lanzamiento para descargas está reportando miles de problemas que afectan a la conexión Wifi, lanzan selfies espontáneos, uso ineficiente de la batería y un etcétera.
La reacción de Apple fue lanzar un 'parche' de actualización de emergencia, el iOS 8.0.1, que lo arreglase, pero que ha resultado ser aún peor: en algunos casos desactiva la conexión del móvil y no permite hacer llamadas. En otro casos, desactiva el sensor de huellas dactilares. Inicialmente, la actualización estaba dedicada a mejorar HealthKit, el paquete de aplicaciones con foco en el bienestar y la salud, una de las estrellas de iOS 8.
En Twitter, los usuarios se quejaron (bajo # iOS8bugs ) por la pérdida de servicio móvil y acceso a Touch ID, sensor de huellas digitales de Apple y pocas horas después, la compañía, a través de un portavoz anónimo, anunció la retirada del paquete de actualización de iOS 8.
Si a ello le sumamos el fenómeno viral bautizado como bendygate (escándalo flexible, bautizado por los compradores de iPhone 6 y iPhone 6 Plus), con una sucesión de imágenes de consumidores sorprendidos al percibir que su escasa resistencia hace que se doble, podemos asegurar que no está siendo un buen momento para la compañía de la manzana.