ZONA DE GUERRA

Análisis del juego de estrategia por excelencia: Rome II

Análisis del juego de estrategia por excelencia: Rome II

El videojuego de estrategia desarrollado por The Creative Assembly y publicado por SEGA ha sido el juego para PC más esperado de los últimos tiempos.

Madrid Actualizado:

Total War: Roma II ha sido el lanzamiento para PC más esperado de los últimos meses, debido a la gran calidad de sus antecesores y a las altas expectativas creadas por The Creative Assembly y Sega a través de sus imágenes, vídeos y noticias que rodearon al juego antes del 3 de septiembre, fecha de su venta al público.

Por ello, desde AS Videojuegos hemos querido acercaros nuestra opinión sobre este juego de estrategia contextualizado en la antigua Roma.

Mapas:

El juego nos presenta dos mapas diferentes. El principal, donde observamos nuestros enclaves, ejércitos y agentes; y el de batalla, donde tomaremos el mando de nuestras legiones para enfrentarnos a nuestros enemigos. Ambos superan a los de cualquier Total War, principalmente el de batalla. En él los detalles más pequeños son relevantes. Casas, animales o bosques son importantes en la batalla, siempre que sepamos utilizarlos para nuestro beneficio.

Hay dos detalles que convierten estos mapas de batalla en algo magnifico. Por un lado, las diferentes condiciones ambientales (la lluvia con sus rayos y relámpagos se pueden llegar a sentir) y, por el otro, el novedoso escenario naval para las escaramuzas en el mar.

Pero existen dos problemas. El primero es que los mapas de las ciudades son bastante repetitivos. Así que visto uno, vistos todos. Esto es un hecho que también se veía en la anterior edición del Roma. El segundo es la inmensidad, casi apabullante, del mapa principal. Cantidad de ciudades y territorio que pueden llegar a echar para atrás a los más noveles en este juego.

Batallas:

La salsa del juego. Las batallas son sublimes. Los enfrentamientos por tierra han mejorado, a la par que ha mejorado la inteligencia del enemigo. Cuando luchamos contra la IA, sus movimientos son más impredecibles y rápidos. Nuestra táctica de batalla ya no se podrá basar sólo en la fuerza bruta. Esa estrategia nos puede llevar a ser aniquilados. Ahora, la astucia y la preparación de cada escaramuza serán esenciales para vencer.

Cada unidad cuenta con habilidades especiales, éstas son interpretadas con gran velocidad y coordinación por la unidad seleccionada. Por ejemplo, la formación en testudo ya no tarda segundos fundamentales en la batalla, sino que se hacen de forma inmediata. También el daño de las unidades a distancia es más realista. Enfrentarse a un escorpión de frente es una locura.

Como dato curioso y que aumenta la experiencia en el juego es la creación de los ejércitos. Cada vez que formas una legión recibe un número, según el orden de creación, y un nombre, que depende del lugar de instrucción. Son legiones que pueden cambiar de general al mando, pero siempre mantienen el mismo nombre a no ser que sean aniquiladas. La I Legion Italica puede conquistar Italia y 100 años después entrar en Alejandría, forjando una leyenda que quedará grabada en los libros de historia.

La mayor novedad son las batallas navales. Muestran las mismas características que las de tierra en cuanto a la influencia de la meteorología, pero debemos tener paciencia a la hora de abordarlas porque su dificultad inicial es bastante elevada al desconocer los movimientos y las estrategias necesarias para poder salir victorioso de las mismas.

Agentes:

Fundamentales en el devenir de tu destino. Adalid, espía y dignatario. Los tres tienen habilidades diferentes, Sus misiones son aplacar el descontento de nuestras urbes, ralentizar o acabar con otros agentes y mandos extranjeros, y crear el temor y el pánico en las ciudades enemigas. Sus habilidades pueden lograr acabar con una enclave enemigo sin necesidad de entrar en batalla.

Árbol de tecnología:

Novedad en el Roma 2. Puedes coger dos caminos. El de la guerra o el de la economía. Cada avance en alguna de estos dos nos permite tener una mayor eficiencia en los enfrentamientos contra el enemigo o evitar el descontento de nuestra población, al igual que a aumentar su expansión y nuestra riqueza.

El problema, como en gran parte del juego, está en el tiempo que transcurre en cada uno de los turnos. Cada vez que pulsamos para pasar de turno, transcurre "un año completo", por lo que investigar una mejora, construir algún edificio o reclutar una unidad tarda "un año". La lentitud en la antigüedad era grande, pero tardar "un año" en instruir a una turnae de caballería es un poco locura.

Diplomacia:

Clásico en este tipo de juegos. Se mantienen los aspectos fundamentales del anterior Roma, aunque ahora dependemos de nuestra imagen con el exterior. Si declaramos la guerra cuando tenemos un pacto de no agresión, nos será más difícil entablar acuerdos comerciales con otras naciones, pues no confiarán en nosotros.

Nuestra fuerza ante el exterior también influye. Si somos fuertes, nuestros intentos para realizar actividades diplomáticas tendrán muchas más oportunidades de triunfar, que si somos una pequeña aldea.

Ciudades:

Las ciudades se dividen en provincias (si controlas todos los enclaves que forman una provincia, puedes llevar proclamar edictos, que darán beneficios a tus ciudadanos o a tu economía). Las construcciones de cada uno de estos enclaves repercuten en todas las ciudades de la provincia. Las construcciones se limitan, ya que no podremos desarrollar todos los edificios que están a nuestra disposición, eso sí, cuando más grande es la ciudad, más edificios y mejoras podremos realizar.

Una de las grandes ventajas del Roma 2, es que ahora sólo tendremos que estar dentro del radio de acción de las ciudades para poder aumentar nuestra capacidad bélica, sin necesidad de entrar dentro de las poblaciones.

Además, ya no será necesario instruir a una milicia de defensa en cada ciudad (con el consiguiente gasto que suponía), pues cada una de ellas, y según su tamaño y sus edificios, proporciona esos defensores.

Intrigas políticas:

Otra de las novedades. Tiene influencia en el devenir del juego. Puedes asesinar, adoptar o casar a los miembros del Senado para allanar tus ambiciones. Las intrigas, en todo caso, son recíprocas. Tus enemigos políticos pueden ver con recelo tu avance dentro de la máxima institución del Estado y ponerte trabas a través de rumores o intentado acabar con tu vida. Mantener el control del Senado debe ser una de tus principales preocupaciones. Las intrigas políticas pueden ascender o acabar a un personaje, sino que se lo digan a Publio Cornelio Escipión.

De vez en cuando saltaran mensajes sobre hechos que han azotado a tu familia. Desde la adopción de un cervatillo que puede ser un mensaje favorable de los dioses para tu familia o una promiscua muchacha que pone en tela de juicio tu autoridad dentro de los tuyos. En ese caso tendrás varias opciones y deberás elegir la que creas más conveniente.

Conclusión:

Juego de gran atractivo para todos los amantes de la estrategia y de la historia de Roma. Las batallas, la gestión y expansión del Imperio nos permitirán estar horas aprovechando todas las novedades y mejoras del Total War: Roma 2.

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