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Motociclismo

Julián Simón: "A mí, el doctor Villamor me curó el antebrazo"

El toledano superó el síndrome compartimental que ahora ha bajado a Pedrosa de su Honda por un tiempo indefinido: “Este doctor es una eminencia", afirma.

MadridActualizado a
Julián Simón.
QMMF MEDIA

Aún colean las palabras de Pedrosa el pasado domingo noche en Qatar, donde fue sexto en la cita que abría el curso 2015 de MotoGP. El antebrazo baja a Pedrosa de la Honda sin fecha de regreso, titulaba AS una noticia que convulsionaba el paddock y que obliga a buscar las respuestas que Dani no tenía. Él aseguraba estar desconcertado tras dar vueltas por el planeta, de consulta en consulta médica, sin soluciones. Así es normal que el mundo se le viniera encima, como dijo Suppo, su jefe en HRC, pero parece que podría haber solución a tiro de Puente Aéreo, porque el doctor Ángel Villamor asegura que su síndrome compartimental “no es irreversible” y da fe de ello Simón.

Podrían hacerlo también Hayden o Elías, pero valga el caso del toledano para encontrar un motivo de esperanza. “Me operé varias veces sin que se solucionara el problema y me puse en manos de osteópatas, pero no me fue bien, así que en 2008 acudí al doctor Ángel Villamor, por la experiencia de otros pilotos y por la insistencia de mi amigo Jaime Olivares. Di en el clavo”, empieza diciendo un Julito que añade: “No hace falta explicar quién es Villamor, porque es una eminencia, pero es que como persona es todavía mejor, con una calidad humana increíble que transmite una confianza absoluta”.

El de Villacañas no olvida su experiencia: “En 2008 me sometí a mi tercera operación en el antebrazo derecho, la primera que me hacía Ángel, y a los siete días estaba corriendo en Alemania, con la 250, y fui quinto. A partir de ahí, desaparecieron los problemas, bajé a 125 y fui campeón. Luego subí a Moto2, en 2010, y noté de nuevo algún síntoma, así que antes de que fuera a más hicimos una nueva operación. En el AS del martes explicaba perfectamente lo que me hizo a mí”. Lo repasa: “La primera vez que te interviene abre la fascia y en la segunda, la quita. Es la tela que guarda el músculo y puedo asegurar que no se echa luego nada de menos. A mí me lo curó Villamor.”.

Esa operación es mano de santo, lo que no quita que de vez en cuando se pueda sentir algún dolor, “sobre todo con la moto de motocross, después de estar dos semanas parado. Pero con la de velocidad nada”.

Los síntomas del síndrome compartimental no se olvidan. “Te aprieta el antebrazo, se te duerme la mano y hay un punto en el que no puedes acelerar y frenar como al principio. Se te hace una pelota en el antebrazo. Que cualquiera pruebe a enroscar y desenroscar una bombilla cinco minutos y ya verá...”, recuerda un Simón, que tampoco olvida el caso de Hayden: “Me pidió consejo y le recomendé que hablara con Villamor. Lo hizo, le operó y desde entonces su problema desapareció”. Ojalá pruebe Pedrosa y le funcione.