Fernando Alonso se va de Ferrari y Vettel será su sustituto

Sonreía, repartía abrazos, saludos varios y volvía a sonreír. En el mismo lugar donde una vez lloró, Fernando Alonso se mostraba feliz en la despedida de un sueño que lo fue en algunos momentos y en otros pareció pesadilla. Oficial. Al fin. Adiós a Ferrari. En el otro extremo mirada lejana, palabras cómplices de aquél para quien fue la gloria. Sebastian Vettel ocupará su puesto en la escudería italiana. Crónica de una crónica anunciada, por ejemplo aquí en el diario AS durante el pasado GP de Japón. Entonces, Red Bull hizo pública la salida del equipo energético del tipo que ganó con ellos cuatro títulos mundiales de manera consecutiva, que le sustituía Daniil Kvyat y el paso a Ferrari era un hecho. Pero se hizo oficial ayer en Abu Dhabi, donde comenzó esta historia, donde todo cambió. ¿Recuerdan?

El año 2010, ese último gran premio al que Alonso llegaba líder, iba a ganar el titulo en su primer año con Ferrari, como había ganado su primera carrera, pero… finalmente la cosa cambió y un niño alemán gritaba de alegría dentro de su casco. Y después otros tres más. El caso de Alonso y Vettel, el de Ferrari y Red Bull. Un piloto genial con un buen equipo, un buen piloto con un equipo genial. Así han sido estos años. Pero pueden opinar, seguro que hay quien lo ve distinto. De una u otra manera, los números están ahí y los campeonatos del alemán brillan en la estadística como pocos, mientras los dos títulos que consiguió Alonso aparecen en un rincón ya llenos de polvo.

Ésa ha sido la gran razón del cambio. “Quiero ganar”, dijo el asturiano. Lo necesita. Ya era hora de que Alonso decidiera que estaba bien de promesas, de trabajo sin recompensa, de ver a los suyos matarse para sólo intentar, de jugarse la vida en la pista por un quinto puesto. Ya no más. Y después de que el pasado año lo pensase, ha sido en éste cuando lo ha hecho efectivo. La decisión estaba tomada desde que terminó el verano y ya antes de Monza se lo comunicó al entonces presidente de la escudería italiana, Montezemolo. Ayer fue poco antes de la rueda de prensa de la FIA cuando los comunicados de Ferrari comenzaron a llegar al correo electrónico. Primero, adiós y gracias a Alonso; después, bienvenida a Vettel. Así fue. El alemán ha firmado por tres años con el equipo de Maranello tras la estela de su gran ídolo Michael Schumacher. A su lado estará su amigo Kimi Raikkonen, que ayer también sonreía con esa mueca suya. Piensa el finlandés que se ha salido con la suya. Eso cree. Mientras, a su lado el español que le ha destrozado se va sin que le echen y se convierte en el primer piloto que se ha querido marchar de la Scuderia. Así son las cosas.

Pero el asturiano deja cicatriz en Ferrari. Antes de que la noticia se hiciera oficial se reunió con todos sus mecánicos, les contó lo que ya sabían, recibió aplausos y lágrimas. “No os olvidaré”, les dijo. Y es cierto. De hecho algunos de los que estaban ahí ayer le acompañarán en su nueva aventura.

La del regreso, la de una segunda oportunidad en la que de verdad era la escudería de sus sueños, la de su kart con los colores de Ayrton Senna. No es oficial, pero también lo será pronto. McLaren espera. Anunciaron que no será antes del 1 de diciembre. Navidad de plata. Acaba un sueño. Empieza otro. Así es la vida. También la de los héroes.