El Campeonato del Mundo de Superbikes va a dar un salto de calidad en la temporada 2006 que arrancará el próximo 25 de febrero en Qatar. La competición por excelencia de las motos de serie quiere dejar de ser el patito feo, el hermano pobre de MotoGP y lo va a conseguir mejorando la nómina de los pilotos de su parrilla.
Aunque los nombres que suenan en Superbikes nunca alcancen el esplendor que siempre acompaña a los Rossi, Melandri, Gibernau, Pedrosa y compañía, muchos de ellos ya no tienen sin sitio en la clase reina y han sabido reciclarse en este acertamen. Su presencia hará el próximo curso todavía más atractivo. Ha sido el caso de Alex Barros, Troy Bayliss, Rubén Xaus, Roberto Rolfo y Franco Battaini, pero antes ya hubo otros ex mundialistas que encontraron refugio aquí y a los que también les tenía reservado el destino sus momentos de gloria.
El caso más evidente de que hay vida más allá de MotoGP es el del vigente campeón de SBK, Troy Corser. El australiano es un viejo rockero que probó suerte en la categoría de 500cc, allá por la temporada 97 y con un título de Superbikes bajo el brazo, sin que la suerte le acompañara. No era su momento y acabó la temporada con su Yamaha en un decepcionante duodécimo puesto. Hoy, más cerca de los cuarenta que de los treinta, presume de bicampeonato gracias a su exhibición del año pasado al manillar de una Suzuki y es venerado en los circuitos de medio mundo, porque las Superbikes tienen mucho tirón allí donde van, incluso más que MotoGP por sorprendete que parezca en algunos casos.
Para que en España se incremente la afición a esta especialidad, la organización ha llegado a un acuerdo con Telecinco para que emitan las carreras en nuestros país. De los buenos resultados que consigan Xaus y Fonsi Nieto, que afrontará su segunda temporada sentado en una Kawasaki, dependerá el volumen de su audiencia.
Sería ridículo enfrentar la M1 de Rossi con la R1 de Haga o la RC211V de Pedrosa con la CBR 1000 RR de Toseland, pero que nadie las infravalore porque éstas dan los 220 caballos y, aunque sin sus mejoras lógicas para circuito, se parecen mucho a las que vemos en la calle.
