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Yo-Kai Watch Blasters: Liga del Gato Rojo / Escuadrón del Perro Blanco

Yo-Kai Watch Blasters: Liga del Gato Rojo / Escuadrón del Perro Blanco

  • Plataforma3DS7
  • GéneroRPG, Acción
  • DesarrolladorLevel-5
  • Lanzamiento07/09/2018
  • TextoEspañol
  • VocesEspañol
  • EditorNintendo

Acción en tiempo real para Yo-Kai Watch

Yo-Kai Watch: Blasters, análisis 3DS

Level-5 estrena en Europa esta entrega de Yo-Kai Watch con un enfoque jugable muy diferente. Analizamos qué tal le sienta este nuevo giro y otras novedades

Actualizado a

Con tres años de distancia respecto a su estreno en Japón, llega este par de entregas en forma de Spin-off de la saga Yo-Kai Watch, y trae consigo un concepto de juego bien distinto al original que ya conocemos: la acción en tiempo real es la base para una entrega que contiene bastantes particularidades con respecto a sus predecesores. Todo parte del plano secundario que ocupan ahora los humanos, a los cuales ni siquiera controlaremos, ocurriendo así que los papeles protagonistas pasan de Katie y Nathan a los propios Yo-Kai.

Sin esperar turno para combatir

La primera consecuencia que tiene este cambio de enfoque es la transformación del sistema de combate, pasando a un modelo de acción directa en el que nos movemos y golpeamos durante el combate en tiempo real. Tenemos un botón de ataque normal y otros dos asignados a habilidades especiales que requieren un tiempo de recarga tras cada uso, además de un golpe final (animáximum) que se rellena a base de repartir mamporros. El resultado es una mecánica extremadamente simple que convierte el juego en un título perfectamente accesible a todos los públicos.

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El modo principal deja de lado el clásico estilo aventurero para ponernos a cargo de una base de operaciones desde la cual podremos acceder a las diversas misiones. En definitiva, el juego avanza a base de misiones separadas entre sí con objetivos concretos a cumplir en cada caso. Para aclimatarnos tendremos un tutorial de duración bastante generosa que nos introducirá poco a poco cada una de las mecánicas: en un principio se nos instará a manejar a Jibanyan en solitario para asimilar el funcionamiento del combate, pero poco a poco iremos descubriendo todas las herramientas que están a nuestro alcance, empezando por la posibilidad de coleccionar hasta 400 Yo-Kais controlables entre ambas versiones, totalmente intercambiables.

Pero no sólo hay una gran variedad de personajes que podemos controlar individualmente, sino que iremos en casi todo momento acompañados por otros tres que colaborarán en nuestra misión, pudiendo estar controlados por la máquina o por otros jugadores a través del modo cooperativo local y online para hasta cuatro jugadores. Cada Yo-Kai tiene un tipo y una debilidad asignados, así como una función que le es propia (ataque, comando, sanador y tanque), de tal modo que la combinación de técnicas ofrece un abanico de posibilidades suficiente para trazar una estrategia acorde a nuestras necesidades.

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Para cualquier problema… ¡equipo Blasters!

A la hora de confeccionar el equipo elegiremos un líder, que será nuestro personaje controlable en un principio, pero podremos cambiar en cualquier momento de la partida para manejar a otro si nos resulta más conveniente. No obstante, la profundidad jugable no brilla demasiado y es tan habitual como rentable limitarse a crear un equipo compensado y machacar botones durante la acción.

Tampoco la variedad de las misiones denota un exceso de inspiración, habiendo un buen número de ellas (completar el juego principal puede rondar la veintena de horas) pero sin ofrecer un verdadero gancho por historia ni expectativas de sorpresas a nivel jugable. Por lo general se reducen a eliminar un número determinado de enemigos Yo-Kai, recoger algún objeto o enfrentarse a un rival especialmente poderoso. Este último tipo de encargos es el que más puede motivarnos, ya que los jefes finales sí tienen escenarios especialmente diseñados para la ocasión y, en ocasiones, tienen algún tipo de mecánica exclusiva para avanzar en el combate.

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En cuanto a la excusa por la que lucharemos, Yo-Kai Watch Blasters es experto en ponernos en situaciones cómicas y tiernas por igual. No hay un trasfondo que nos lleve en bolandas hacia el final de una trama apasionante, pero sí encontramos pequeñas motivaciones que nos podrán sacar una sonrisa: desde un sueño por ser el mejor felino de la ciudad hasta la protección efectiva de la ciudad, pasando por ayudar a un buen amigo a conquistar a su amor (o no…) o apaciguar riñas familiares dignas de telenovela. Cabe destacar que, al igual que ocurre con la colección de Yo-Kai, algunas misiones varían entre la versión Liga del Gato Rojo y Escuadrón del Perro Blanco.

A la historia principal hay que añadir un buen número de misiones secundarias que nos servirán para buscar diversas recompensas, ganar experiencia y conseguir más Yo-Kai, pero también dos tipos de misiones bien diferenciadas de todo lo anterior. Por un lado, el modo patrulla nos permite patear las calles sin límite de tiempo para buscar compañeros y cumplir pequeños encargos sin demasiada presión. En cualquier momento podemos decidir salir del área y volver al centro de operaciones. Por otro lado nos encontramos con el modo de lucha contra jefes, que nos brinda la oportunidad de revivir directamente cualquier enfrentamiento especial que hayamos superado con anterioridad. En ambos casos tenemos sendas alternativas a la mera repetición de misiones para entrenar y subir niveles cuando nos hayamos quedado un poco atascados en la historia principal.

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Aún nos falta hablar de otro elemento importante para transmitir una idea lo más certera posible de lo que es el juego: el escenario en el que transcurre. Es especialmente relevante porque todos los mapas le resultarán familiares a cualquier seguidor de la saga, puesto que son los mismos que ya se han visto en anteriores entregas. La idea de trasladar un nuevo tipo de acción a entornos ya conocidos puede resultar atractiva sobre el papel pero, si el cambio es suficientemente notable, también puede confundir al jugador. La perspectiva y el tamaño de cada elemento del mapeado hacen que en ocasiones perdamos de vista a los enemigos y a nuestros propios personajes, lo que se traduce en una experiencia algo caótica en determinadas situaciones. El cambio de enfoque de la cámara en los enfrentamientos con jefes finales es una posible señal de que estamos ante un problema ya conocido de antemano. En definitiva, esto hace que volver a las calles de Floridablanca y sus aledaños no sea todo lo disfrutable que nos hubiese gustado.

Cuidando nuestro centro de mando

Aunque el atractivo principal y mayoritario esté en la acción pura y dura, no todas las opciones están destinadas a esa parte de la experiencia en Yo-Kai Watch Blasters. Buena parte del tiempo la pasaremos también en el cuartel general seleccionando y recibiendo misiones, conociendo nuevos personajes, subiendo niveles, evolucionando, aprendiendo técnicas, comprando objetos… Todo ello se hace canjeando los puntos obtenidos durante las misiones, haciendo más amigos y avanzando en la historia. Esta base principal tiene varios pisos que contienen instalaciones con diversas y curiosas opciones, como el gimnasio, la recepción, el centro de mando, la tienda…

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Además de las funciones básicas de cada uno de estos puntos, tenemos la posibilidad de mejorar las instalaciones cumpliendo con diversos requisitos y hablando con los encargados correspondientes, lo que permitirá que accedamos cada vez a mejores objetos de ayuda o equipamiento más útil, entre otras cosas. También hemos de contar con las recompensas de las misiones y las monedas expendenkai, que nos permitirán tener la opción de acceder a Yo-Kai concretos imposibles de conocer de otro modo. En total tenemos un buen número de pequeñas opciones y detalles que van cubriendo cada espacio del juego, si bien su mecánica principal es realmente básica y sencilla. Como última curiosidad sobre el cuartel general, tenemos que hacer mención a la escena de vídeo que salta siempre que partimos a una misión, parodiando el clásico momento en el que los Cazafantasmas salen a cumplir con su deber montados en el Ecto-1.

Un envoltorio con mucho encanto

El trabajo de Level-5 en el apartado audiovisual es tan cuidado y firme como cabría esperar. Visualmente aprovecha el potencial de Nintendo 3DS y el doblaje al español termina por convencernos del empeño por no dejar ningún detalle fuera de control. El mimo con el que la desarrolladora japonesa trata estos temas es de agradecer y da sus frutos, pues el juego entra satisfactoriamente por los sentidos al primer contacto.

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Conclusión

La premisa central choca con lo que conocíamos de Yo-Kai Watch por sus anteriores entregas, dando paso a un sistema de acción directa y dejando de lado el control de personajes humanos para permitirnos manejar a los combatientes. Aunque el cambio de tercio tiene la ventaja de ofrecer un soplo de aire fresco, la propuesta jugable es bastante simple y carente de profundidad, y la mecánica de misiones individuales puede llegar a hacerse repetitiva y poco atractiva con el paso de las horas. Cuenta, eso sí, con un modo cooperativo para hasta cuatro jugadores como gran baza para mantenernos enganchados, aunque la poca variedad en la trama y objetivos sigue estando plenamente presente. Por otro lado, la cantidad de Yo-Kai coleccionables y el gran trabajo en el plano audiovisual son puntos muy favorables para el resultado final de un título que logra mantener el alma de la saga a la que pertenece, pero que despierta dudas sobre lo adecuado de sus mecánicas jugables.

Lo mejor

  • Números muy generosos, tanto en cantidad de misiones como de Yo-Kai.
  • El apartado audiovisual está muy cuidado y ofrece un gran resultado.
  • El modo cooperativo tanto local como online, su gran baza.
  • Algunas ideas a lo largo de la trama, tan graciosas como entrañables.

Lo peor

  • Poca variedad y atractivo en las misiones con el paso de las horas.
  • Poca profundidad en el sistema de combate.
  • Historia sin demasiado atractivo ni sorpresas.
7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.