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Balonmano

Blázquez: "Los Hispanos y las Guerreras son marcas rentables"

El presidente de la Federación espera que en el futuro "el Barcelona tenga más competencia en la Liga Asobal"
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MadridActualizado a
Blázquez: "Los Hispanos y las Guerreras son marcas rentables"

Paco Blázquez, actual presidente de la Federación Española, saca pecho cuando sale a relucir su trayectoria deportiva, como jugador, como entrenador, como árbitro, como directivo de club, como secretario general de la Federación Valenciana. “He pasado por todos las facetas, incluida la de fundar un club, en Bétera. Por eso puedo hablar y escuchar con conocimiento de causa de los problemas que se encuentran cada día en el balonmano”, asegura en la mesa de la Sidrería Las Estaciones de Juan. En 2013 ganó las elecciones a Hombrados para suceder a Juan de Dios Román, y en la siguiente elección no tuvo contrincante: la asamblea le apoyó casi por unanimidad; sólo votó en blanco el Barcelona, aunque eso ya se sabía, porque el club azulgrana asegura que en las elecciones no se significa.

Una crisis dura.

De lo que realmente se siente orgulloso Blázquez es de haber superado una situación económica muy complicada. “Sustituí a Juan de Dios Román, que tuvo la desgracia de que le estallase la crisis económica cuando preparaba el Campeonato del Mundo de 2013 en España. Y heredamos una situación complicada, que hemos ido sacando adelante con mucho esfuerzo. Los números señalan que hemos emergido: antes teníamos siete patrocinadores, y ahora 19, y dos más al caer. Hemos pasado de vivir de la subvención del CSD, a mantenernos gracias a los recursos propios, que representan el 80 por ciento de los casi 20 millones de presupuesto”.

Blázquez se queja de las ayudas oficiales: “Nos piden resultados y más exigencias, y nos congelan la subvención. Estamos al nivel de 1986, pero hemos multiplicado el número de selecciones, y afianzamos la competición nacional e internacional del balonmano playa, que genera un gran interés por el número de participantes y de seguidores, que se van enganchando a esta modalidad tan espectacular. También estamos promocionando a nuestras mujeres, tanto en los puestos directivos, con cuatro en la Junta de la Federación que se puede asegurar que tienen responsabilidades e iniciativa, como en las posiciones del arbitraje internacional”.

Tiene claro que “en el balonmano lo importante es la complicidad”. “Los patrocinadores que se nos acercan deben obtener retorno e implicarse en nuestros valores. Si vienen de paso y por nada a cambio, se irán desalentados y críticos; por eso la Federación quiere unas firmas con las que exista una relación de reciprocidad”, apunta.

Jesús Ludeña, Alfredo Relaño, Javier Fernández, Enrique Ojeda, Juan Antonio Gutiérrez, Paco Blazque y Jesús Mínguez en la sidrería Las estaciones de Juan.
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Jesús Ludeña, Alfredo Relaño, Javier Fernández, Enrique Ojeda, Juan Antonio Gutiérrez, Paco Blazque y Jesús Mínguez en la sidrería Las estaciones de Juan.JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

Marcas reconocidas.

Para Blázquez, la marcas Hispanos y Guerreras, los nombres con los que se conoce a las Selecciones masculina y femenina, respectivamente, “son muy rentables en términos de imagen”, y esa aportación ayuda a la visibilidad de un deporte que está pagando la crisis: “Ahora la sufre, sobre todo, la Asobal, sus clubes, que han perdido a muchos jugadores porque no pueden igualar las ofertas extranjeras, y eso nos ha dejado una Liga en la que sólo el Barcelona compite por ser campeón. Sin embargo, en la Liga femenina era impensable que tuviese tres equipos peleando por los títulos, y aunque también emigran jugadoras, la competición doméstica está muy emocionante por el desenlace final”.

“Claro que podríamos evitar la hegemonía tan brutal del Barcelona limitando el presupuesto de los clubes, pero sería un mal parche, porque luego no podría competir en Europa, donde ya hay equipos (PSG, Kiel, Veszprem...) que le superan en presupuesto”, asegura Blázquez, en este encuentro en la Sidrería Las Estaciones de Juan. Sabe que la Asobal “necesita más incertidumbre, y ya veremos si la temporada próxima el Ademar se suma a esa lucha con el Barça, que oxigenaría la competición”.

Tiene claro que su relación con la Asobal “ha mejorado, porque es una parte más del balonmano, y la Federación está para eso, para colaborar”, pero exige algo más a la Liga: “Necesitamos visibilizar más nuestro producto. Ha apostado por una cadena de televisión de pago, y no tenemos nada que decir, pero sí que hubiese contemplado la posibilidad de ofrecer otros partidos en abierto, los que su cadena no quisiera ofrecer o nos les interesase. En cualquier caso, la relación no es mala, y ha mejorado”.

Recuerda con cierto incomodo las situaciones de tensión vividas “por las relaciones entre el CSD y el COE en el pasado. Era como si te dicen que elijas entre papá y mamá. Pues lo hemos superado siendo honestos con las dos partes, con las que siempre nos hemos querido llevar bien”, señala.

Que de sus patrocinadores algunos hayan llegado para impulsar la competición femenina, como Iberdrola, le permite asegurar “que a día de hoy los sueldos de los seleccionadores masculinos y femeninos, y de sus colaboradores (médicos, delegados, fisioterapeutas) están igualados; las mujeres y los hombres tienen las mismas dietas, y en las selecciones femeninas, salvo en las Guerreras, han entrado mujeres en los puestos técnicos, como primeras responsables o como ayudantes. Estamos demostrando confianza con las exinternacionales, tanto con cargos directivos como con puestos técnicos; la mujer tiene mucho peso en el balonmano”.

Ironiza al comentar que tal y como ha ido variando la apuesta federativa “los chicos vienen a decirte que ellos son los discriminados, pero para la Federación es balonmano, y todos son iguales, jugadores, jugadoras, clubes, árbitros y federaciones”.

“No somos un deporte que nos podamos permitir el lujo de ir cada uno por un lado. O sumamos todos, o no lo sacamos adelante”, redunda Blázquez, que apuesta por el ejemplo personal: “En los últimos tiempos no sé ni dónde vivo, porque la última semana ha sido un no parar: cena en Suiza, desayuno en Alemania y comida en Sevilla un día; y luego, cenar en Madrid, comer en León para acabar en Zarautz, todo entre los partidos oficiales de la Selección, a los que hay que acompañar, y las fases nacionales juveniles donde el presidente tiene la obligación de apoyar moralmente con su presencia a los organizadores”.