Jonathan Allen, con la preocupación en los hombros

Con el pick 17 los Washington Redskins eligen a Jonathan Allen. Uno de los mejores jugadores del draft, durante meses estuvo considerado el segundo mejor. Un pass rusher muy fuerte. Capaz de frenar la carrera y meter presión al quarterback.

Jonathan Allen se ha pasado tres años reinando en la muy concurrida defensa de la universidad de Alabama, una de las unidades que más talento ha dado a la NFL en el último lustro. Allen ha sido un línea defensivo interior que ha ido incrementando su rol hasta convertirse casi que un comodín para las posiciones exteriores.

Sin embargo, dos cosas preocupan. Una es que como pass rusher no es, desde luego, una promesa extraordinaria, y que sus problemas físicos con los hombros ponen un asterisco notable en lo que puede ser su carrera a largo plazo.

Sobre lo segundo, él ha dicho que no tendrá problemas hasta después de su retirada, pero lo cierto es que esos hombros son susceptibles de limitarle tarde o temprano. Y sobre lo primero, bueno, nadie de los que lo han drafteado esperarán que se convierta en un pass rusher sino en un tipo sobre el que construir el interior de la línea defensiva o, como mucho, un defensive end en downs obvios de carrera en una 3-4. El talento es mucho, que conste, pero no está exento de riesgos.