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New England Patriots

Dos semanas clave para saber el valor real de la OL los Patriots

Después de una temporada tranquila y sin sobresaltos, llegan dos rivales con dos grandes defensas que pondrán a prueba el auténtico valor de esa línea ofensiva.

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FOXBORO, MA - DECEMBER 04: Joe Thuney #62 of the New England Patriots, Tom Brady #12 and Shaq Mason #69 exit the field aduring the second half of the game against the Los Angeles Rams at Gillette Stadium on December 4, 2016 in Foxboro, Massachusetts.   Maddie Meyer/Getty Images/AFP
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Maddie MeyerAFP

Llevo toda la temporada insistiendo en que no me fío de New England. Que me parece que este año tienen algunos agujeros importantes y que en el momento de la verdad les pueden costar muy caros. Y claro, ante tan insensatas palabras, ahora tengo a toda la afición de New England con la escopeta cargada, esperándome con paciencia para disparar a bocajarro en cuanto lleguen a la final de conferencia… como hacen casi cada año.

En realidad, los Patriots, como casi siempre, me parecen un equipazo que sabe maquillar mejor que nadie sus lagunas. Sin embargo, las tiene y este año quizá no han sido tan evidentes porque su calendario ha sido relativamente sencillo.

Por ahora se han enfrentado a doce equipos, y solo tres de ellos están ahora con un récord positivo: Dolphins (victoria), Steelers (victoria) y Seahawks (derrota). Además, jugaron contra los dos primeros cuando estaban en el peor momento de su temporada. Eso quiere decir que casi nadie ha puesto de verdad a prueba la potencia de este equipo. Quizá sus primeros cuatro partidos sin Brady hayan sido los más complicados, pero llegaron tan pronto que no es sencillo sacar de ellos conclusiones de cara al momento decisivo del año.

Por eso son tan importantes los dos próximos duelos de New England. Reciben a los Ravens y viajan a Denver. En esos dos choques, contra la mejor defensa contra el pase una semana, y contra la mejor contra la carrera la otra, con el añadido de que ambas están en la élite a la hora de asfixiar al quarterback rival, veremos cuales son las auténticas prestaciones del principal talón de Aquiles de New England en el aspecto ofensivo: su línea.

No se les puede poner ningún pero ni al backfield ni al grupo de receptores pese a la lesión de Gronkowski, que difícilmente volverá a jugar este año. Como ya expliqué en otro artículo hace pocos días, quizá New England tenga el ataque más completo y mejor balanceado de los últimos diez años. Y sobre Tom Brady no hay mucho que decir; pese a perderse los primeros cuatro partidos, hay algunos que le postulan como MVP de la temporada.

Si miramos los números, la línea ofensiva tampoco merecería ni un ‘pero’. Solo ha permitido 20 sacks (8ª en el ranking de la NFL), tres en los últimos cuatro partidos. Sin embargo, los números crecen cuando enfrente hay una línea más agresiva, como Buffalo, que consiguió tumbar cuatro veces a Brady.

La historia nos dice que los fracasos de New England en enero siempre han llegado ante equipos que han conseguido colapsar su línea. Lo más habitual es que lo consiguieran presionando con sólo cuatro jugadores mientras los linebackers ayudaban en secundaria para impedir los pases rápidos de Brady. Hay otra solución más drástica, y fue la que pusieron en práctica los Jets en 2010. Consistió en entrar en blitz por dentro con todo, sin dar tiempo a que Tom Brady pudiera ni siquiera a levantar la cabeza.

Por tanto, los rivales de New England no van a romperse la cabeza buscando otras maneras de ganar. Irán como locos a derrumbar la línea y a impedir que Brady pueda solar con rapidez el balón. Y como este año casi nadie lo ha intentado, los duelos frente a Baltimore y Denver serán la prueba del algodón de que esa línea puede sobreponerse a ese tipo de presión. Si analizamos los aspirantes a jugar la Super Bowl por el lado de la Americana, no solo Ravens y Broncos destacan en esa faceta del juego. Los Chiefs son maestros agobiando al QB rival. Incluso lo mejor de la defensa de los Raiders, pese a que no consiguen demasiados sacks, es la presión en jugadas de stunt que ejercen Khalil Mack y Bruce Irvin. Por tanto, lo normal es que, si los Patriots quieren llegar a la final de conferencia, tengan que vérselas con dos equipos que van a ir con todo contra su línea ofensiva.

Brady quizá es el quarterback estático que mejor se ha zafado de la presión con su habilidad dentro del pocket. Su pasito hacia delante, su inteligencia, y su insistencia en buscar objetivos al mismo tiempo que se mueve, le convierten en un genio en esa faceta. Sin embargo, si pese a todo consiguen agobiarlo, pierde la compostura y termina por deprimirse, intentando sobrevivir con jugadas aisladas.

Pero los tipos clave que vigilaremos con lupa en los dos próximos partidos serán Nate Solder (LT), Joe Thuney (LG), David Andrews (C), Shaquille Mason (RG) y Marcus Cannon (RT). El más importantes es Solder, y su baja en 2015 fue probablemente lo que terminó por derrumbar esa línea. Ahora está en plena forma y con él las espaldas de Brady parecen bien cubiertas. En el lado derecho falta Vollmer, que cayó lesionado en pretemporada, al igual que Tre’ Jackson. Si embargo, Marcus Cannon le está supliendo por ahora de maravilla. Hasta el punto que esta misma semana le han hecho una extensión de contrato por cinco años más, que confirma lo contentos que están en el equipo con él.

El mayor problema de esa línea está por el centro. Por poner un ejemplo, contra los Jets Brady sufrió cinco golpes y tuvo que librarse del balón seis veces por culpa de la presión interior. El rookie Joe Thuney está teniendo una temporada irregular, con buenos y malos partidos dependiendo casi siempre de la calidad de su rival en los enfrentamientos individuales (pese a que contra Aaron Donald estuvo magnífico). David Andrews, el center, parece más asentado en su segundo año como profesional, y tiene muy buena compenetración en las ayudas con Thuney y Mason, pero está lejos aún de ser un seguro de vida en las puertas interiores. Quizá Quad Mason sea el que mejor esté rindiendo de los tres, sobre todo en los últimos partidos, pero siempre teniendo en cuenta que aún está por llegar lo más duro de la temporada.

Lo bueno de esta línea en 2016 es que sí ha tenido continuidad. Los cinco se han compenetrado jugando juntos semana tras semana y una vez iniciada la competición no ha habido lesiones que obligaran a poner parches. Ahora, contra Ravens y Broncos, tendrá que superar el examen final que ayudará a medir las auténticas posibilidades de New England en postemporada, un equipo al que solo se puede matar a través de su línea ofensiva.

Otro día analizaremos la defensa. Por ahora es la segunda que menos puntos encaja y la 9 en yardas pero ¿Es de verdad ese su puesto real en el ranking?

ANALISIS DEL BACKFIELD Y LOS RECEPTORES DE NEW ENGLAND.