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PITCHERS

Análisis del pitcheo en la MLB (V) - Las grandes decepciones

Quinta entrega de nuestro análisis, esta vez centrándonos en un grupo de lanzadores que de forma evidente están por debajo de lo que se espera.

Actualizado a
BOSTON, MA - JULY 23: David Price #24 of the Boston Red Sox is relieved during the sixth inning against the Minnesota Twins at Fenway Park on July 23, 2016 in Boston, Massachusetts.   Maddie Meyer/Getty Images/AFP
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Maddie MeyerAFP

Cuando se inicia la temporada los equipos perfilan sus rotaciones para tratar de conseguir el mejor resultado posible. En ellas suele haber un pitcher estrella del que se espera lo mejor, que sea dominante y que consiga la victoria prácticamente cada vez que sube a la lomita, y en algunos casos la gerencia gasta una gran cantidad de dinero en su fichaje esperando rentabilizar el desembolso realizado cuanto antes, aunque mucho nos tememos que no siempre es así. Y es que el deporte no siempre va de la mano del dinero invertido.

David Price – No nos equivocaremos mucho si a Price le catalogamos como la gran decepción de esta temporada, o al menos de lo que llevamos de ella. Fue el gran fichaje de la agencia libre de este invierno y su rendimiento no está en consonancia, ni de lejos, con el dineral que los Red Sox se gastaron en su contratación. Sí, es cierto que consigue muchos ponches por encuentro, pero también concede excesivos hits que luego se acaban convirtiendo en carreras, de ahí que su ERA sea de 4.51, altísima para uno de los mejores lanzadores de la liga. Tras pasar por Tampa Bay y por Toronto, Price no puede aducir falta de adaptación a esta división, por lo que el problema de su falta de control sobre la lomita tiene que ser otro. Y más vale que los entrenadores lo localicen pronto porque Boston necesita al mejor Price de cara al mes de octubre.

Dallas Keuchel – Que el béisbol es uno de los deportes más impredecibles que existen lo prueba el hecho de que un jugador que el pasado año se llevó el premio Cy Young al mejor lanzador de la liga americana, en esta temporada colecciona carrera tras carrera y sus estadísticas son más parecidas a las de un novato que aún se está acostumbrando al juego en las mayores que al de una estrella consolidada. Sí, ha mejorado un poco en este mes de julio, pero es que peor era difícil que lo pudiera seguir haciendo. Con una ERA cercana al 5.00 y un WAR rozando el negativo, Keuchel necesita dar un giro completo a su juego si quiere que el equipo confíe en él para un hipotético partido de wild card.

Marcus Stroman – Partía como líder del equipo y se ha visto sobrepasado en efectividad por todos sus compañeros de rotación, con una ERA que roza el 5.00 cuando no lo supera. Concede demasiados hits a sus rivales y eso suele ir acompañado de carreras extras que su equipo, con uno de los mejores ataques de la liga, en muchas ocasiones se ha encargado de maquillar. A su favor tiene su edad, sólo 25 años, y una carrera prometedora en la MLB, pero está claro que esta temporada no está siendo la de Stroman.

Edinson Volquez – Esperábamos más, mucho más, del pitcher al que los actuales campeones del mundo encomendaron la tarea de abrir el partido inaugural de la MLB entre los dos últimos finalistas. Sin embargo el rendimiento del dominicano ha estado más en consonancia con el de la mayoría de estadísticas de su carrera que con los números de las dos últimas temporadas. Y es que tras un inicio de temporada prometedor, Volquez empezó a conceder tantas oportunidades a sus rivales que su ERA se acabó disparando por encima de 5.00, y aunque ha mejorado ligeramente en los últimos partidos, en nuestra retina aún se mantiene la imagen de las 11 carreras concedidas en las dos primeras entradas del encuentro frente a Houston el 24 de junio. Y es que puede que una de las razones de que los Royals no parezcan serios contendientes al título esté en su montículo, y si finalmente se confirman los rumores que sitúan a Volquez en los Rangers podría significar que los de Kansas están ya pensando en el año que viene.

Wily Peralta – Del cielo a los infiernos, así se puede catalogar la temporada de Peralta en los Brewers. Confirmado como pitcher abridor en la jornada inaugural para su equipo, su calamitoso rendimiento que le llevó a acumular una ERA de 6.68 y WHIP de 1.88 acabó llevando a la gerencia de Milwaukee a mandarle a Colorado Springs (AAA) en busca de una regeneración en su juego que parece no es capaz de encontrar en la MLB. El problema para el de Samaná es que en las ligas menores su rendimiento está siendo aún más bajo (su ERA es de 7.16) por lo que no parece nada probable que volvamos a verle esta temporada ni con los Brewers ni con otro equipo.

Shelby Miller – Vale, quizás Miller no sea una estrella aún, pero cuando Arizona lo fichó lo hizo pensando en crear, junto a Greinke, una dupla de lujo en su rotación, basándose sobre todo en los buenos números que había atesorado en Saint Louis y Atlanta, pero la realidad no ha podido ser más dura para los de Phoenix, que han visto como su jugador se metía en julio con una ERA de 7.14 y WHIP de 1.75. Y es que tras un pésimo inicio de temporada, un mes de reposo por una lesión y de nuevo unas malas actuaciones antes del all star, su equipo sorprendía a propios y extraños al decidir mandarle a las ligas menores para tratar de mejorar su pitcheo, donde parece que sí está encontrando su mejor forma. Aún así no esperamos verle de vuelta como mínimo hasta mediados de agosto y veremos si no lo hace en otro equipo, ya que parece ser que los Diamondbacks han decidido ponerle en el mercado en un intento de conseguir nuevos jugadores para la próxima temporada.

James Shields – Era una de las grandes esperanzas para San Diego Padres y luego para Chicago White Sox tras su adquisición a primeros de junio. Pero ni primero en el oeste ni ahora en el este ha demostrado ser el mismo pitcher que tan buenos resultados dio primero en Tampa Bay y luego en Kansas City. Bueno, tratemos de ver la luz al final del túnel, porque Shields ha mejorado ostensiblemente en este mes de julio, pero eso solo le ha valido para rebajar su ERA hasta 4.99, números que siguen siendo muy altos. Y es que sólo con decir que él fue quien permitió el primer homerun de la carrera de Bartolo Colón…

Matt Harvey – El as de los Mets ha dicho adiós a una triste temporada tras pasar por el quirófano y ya no volverá a subirse al montículo hasta el próximo año. Quizás esto sea lo mejor que le haya podido pasar a la rotación de los Mets, ya que las apariciones de El Caballero Oscuro no han podido ser más irregulares en todo el año, alternando apariciones brillantes (las menos) con actuaciones para olvidar (la mayoría). En las tres temporadas anteriores en activo con los Mets, Harvey siempre estuvo por debajo del 2.75 de ERA, así que lo lógico es pensar que el próximo año vuelva por sus fueros y sea otra vez el pitcher dominante que tantos aficionados atrae a las gradas del Citi Field.

Francisco Liriano – Los buenos números conseguidos por Liriano en sus tres temporadas en la ciudad del acero le habían hecho merecedor de ser el pitcher abridor esta temporada, pero parece que todo el brillo que se le presuponía se acabó ahí. Y es que a pesar de haber mejorado ligeramente en este mes de julio, sus registros anteriores han sido para olvidar, llegando su equipo a acumular ocho derrotas en nueve encuentros iniciados por Liriano entre los meses de mayo y junio, demasiado lastre para un conjunto que tenía como objetivo la victoria en su división. Y es que si tu pitcher estrella no te funciona, uno empieza a entender por qué este año los Pirates no son tan contundentes como lo fueron la pasada temporada.

Chris Archer – No está siendo este el año ni de Chris Archer ni de unos Tampa Bay Rays que cada vez parecen pintar menos en una división en la que casi nunca compiten. Mucho se está especulando con un posible cambio de aires del pitcher de Clayton antes de la fecha tope del 1 de agosto, y sin duda ese traspaso le podría venir muy bien para mejorar unos números que, sin ser calamitosos, son los peores en sus escasos cinco años que lleva jugando en las mayores. Quizás el traspaso de David Price en 2014 le hizo tener que soportar demasiado pronto el papel de as del equipo y pudiera ser que acabar en un equipo en donde juegue un rol algo más secundario le beneficie a la hora de mejorar sus lanzamientos.