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SUPER BOWL 50

La Super Bowl de los 'inútiles' que los Broncos acogieron

El equipo de Colorado se ha construido con algunas piezas que fueron despreciadas por toda la liga antes de recalar en un aspirante al anillo.

Actualizado a
C.J Anderson es una de las piezas fundamentales del juego de Denver, tanto en ataque por su explosividad, como en defensa ya que el juego de carrera permite dar descanso a la defensa.
Kevin JairajUSA Today Sports

En abril del año 2011, cuando el jugador número 254 del draft fue elegido y concluyó ese mercado persa de jugadores universitarios camino de la NFL, el nombre de Chris Harris Junior no había sido pronunciado. El menudo cornerback (CB) de la universidad de Kansas se hartó de mirar su móvil y de mirar la televisión sin que nadie le tuviera en cuenta. Cuentan que ese mismo día se puso a entrenar de nuevo, sin atisbo de depresión ni decaimiento en el ánimo. Su empeño dio resultado y los Denver Broncos le llamaron para los entrenamientos veraniegos; de los once CBs que había en plantilla él era el número once. Sus opciones de entrar en la plantilla final de 53 jugadores eran escasas, casi nulas. Pero lo hizo, y al final de temporada era un jugador indispensable.

El año siguiente, Danny Trevathan tuvo un viaje similar. Éste sí que fue drafteado, pero en sexta ronda, con el número 188 del proceso. De hecho, esa elección tiene su propia historia pues fue mandada por los New York Jets a Denver en el traspaso de, ta-chan, Tim Tebow, esa leyenda. Su compañero en el puesto de inside linebacker (ILB), pareja que patrulla el medio de la defensa de los Broncos, es Brandon Marshall; tampoco fue considerado por nadie y salió elegido en quinta ronda de aquel draft del 2012. Tuvo que penar en el grupo de prácticas hasta que una lesión de Von Miller le abrió las puertas del primer equipo. Ahí están, ambos, siendo esenciales en el camino a la Super Bowl 50 de su equipo. Y ambos teniendo que ser renovados este verano, con el problemón que eso supondrá para los Broncos.

Fue el 2012 una barbaridad para Denver en lo que a finura de los ojeadores. John Elway, leyenda y presidente desde 2011, cambió todos los esquemas de evaluación y el resultado fue un escándalo. Es decir, además de los dos LBs nombrados, Malik Jackson, pieza clave de la línea defensiva del equipo, sin duda la unidad más importante en el recorrido que les ha llevado a la gran final, también les cayó en quinta ronda.

Avancemos un año más. En el 2013, en el draft, veintitrés running backs (RB) fueron elegidos por las 32 franquicias de la NFL. Entre ellos no estaba C.J. Anderson. De nuevo, Denver realizó una apuesta complicada por un tipo que parecía no tener futuro en la liga y le firmaba como agente libre en abril. En su primer año apenas participó del éxito de su equipo, que llegó a la Super Bowl XLVIII, pero en el 2014 explotó como el hombre clave del ataque terrestre e, incluso, jugó la Pro Bowl.

Todo equipo de la NFL, no os quepa duda, tiene su dosis de jugadores sin draftear, o elegidos en rondas bajas, que son esenciales en la composición actual de la plantilla. Pero no es fácil ver tal colección de 'imprescindibles' con tamañas historias de superación cuando casi nadie apostaba por ellos. El trabajo de las oficinas que dirige John Elway ha sido espectacular. Su punto de vista, basada en buscar sólo gente que ame este deporte y velocidad basada en el puro instinto más que en la punta en las pruebas de las 40 yardas o similares, le ha dado un resultado enorme.

Que apostaran por 'inutiles' como Chris Harris, Malik Jackson, Brandon Marshall, Danny Travathan o C.J. Anderson, cuatro de ellos imprescindibles para entender a la mejor defensa de la liga y el otro siendo la única opción del equipo en el juego de carrera, habla pero que muy bien del grupo y de la esencia necesaria para construir un equipo campeón.

Es gracias a este tipo de decisiones que los Denver Broncos son el equipo con mejor porcentaje de victorias de los últimos cuatro años en la NFL y van a jugar su segunda Super Bowl.