NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

MUNDIALES DE KAZÁN

Estratosférico récord de Ledecky, la reina de Kazán

Oro y plusmarca en 1.500 y, 30 minutos después, pasa a la final del 200 libre. Su marca (15.25.48) sería bronce en el Campeonato de España masculinos.

kazánActualizado a
Katie Ledecky.
AFP

Para entender la dimensión de lo que ha realizado esta tarde Katie Ledecky habría que analizar detalladamente sus números. La estadounidense, con los 15.25.48 que le han servido para ganar la prueba de 1.500 libre y pulverizar el récord del mundo que ya había pulverizado el día anterior que, a su vez, ya había pulverizado hace un año, le habría sacado 60 metros a Mireia Belmonte, habría sido bronce en el Campeonato de España de la distancia en categoría masculina y se habría colgado el oro en los 800 libre de cualquier prueba.

Con una media de entre 39 y 40 brazadas por cada 50 metros, con la precisión de un reloj, la estadounidense no bajó el ritmo. Sin contar el último largo, en el que sprintó para resquebrajar más la marca, el resto de hectómetros los nadó entre los 30.68 y 31.14, apenas 50 centésimas de diferencia. No es la mejor en el subacuático ni tampoco tiene una envergadura que marca la diferencia, pero su capacidad de resistencia es inaudita, y eso le provoca hacer grandes esfuerzos sin cansarse.

Ledecky comenzó nadando por debajo de su récord del mundo desde los primeros 50 metros. Sus rivales se fueron quedando atrás y la neoyorquina arrancó una carrera contra sí misma, en solitario, con los decibelios del Kazán Arena aumentando, asombrados todos los espectadores, con el tiempo que se avecinaba. El récord de Ledecky es el séptimo en estos Mundiales, el segundo particular en Kazán, y el noveno que consigue en los dos últimos años.

No con esas, la estadounidense se lanzó 30 minutos después dispuesta a clasificarse para la final de los 200 libre, la prueba que menos domina porque, al margen de la resistencia, hay que tener esa punta de velocidad necesaria para optar a las medallas. Lo que hizo Ledecky fue brutal. Pagó el cansancio en el primer 100, en el que tocó en ambos largos en última posición, pero siguió batallando, no se despegó, y empezó a remontar. Pasó séptima en el 150 y, en el último largo, cuando todas acusan el esfuerzo, ella se aferró a la clasificación para la final y tocó tercera con una marca de 1:56.76. Se mete con el sexto mejor tiempo a la final.

Con los oros de 400 y 1.500 libre en el cuello, Ledecky sigue a la caza de su gesta, la de ganar todas las pruebas del fondo y del medio fondo del estilo libre. Le quedan los 200 de mañana y el 800, donde es la máxima favorita. Además, debe ayudar a su país a conseguir la victoria en el 4x200 libre. A sus 18 años, y con un futuro esplendoroso por delante, la estadounidense escribirá en Kazán una de las páginas más brillantes de la historia de la natación.