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ESCÁNDALO DEFLATEGATE

Acusan a Brady de consentir que se jugase con balones ilegales

La investigación independiente de la NFL concluye que el quaterback estrella de los New England Patriots "como mínimo sabia" que se hacía trampa con las pelotas desinfladas.

Actualizado a
Tom Brady tras la final de la AFC contra los Colts en la que "más probable que no" participó en la trampa de desinflar los balones.
Getty Images

Tom Brady estaba al tanto de los balones desinflados en la final de la AFC de la temporada pasada entre los New England Patrtios y los Indianapolis Colts.

Esa es la principal, y muy dura, conclusión que se extrae del informe que Ted Wells ha presentado sobre el caso conocido como Deflategate, la polémica que saltó antes de la Super Bowl y que, a buen seguro, se va a adueñar de la NFL a partir de hoy mismo.

Ted Wells, contratado por la liga como investigador independiente para averiguar lo que paso en este asunto, ha hecho público su trabajo. Y resulta muy duro de tragar por el quaterback más famoso del mundo. Wells dice que es "más probable que no" que Jim McNally, encargado del vestuario de los Patriots, y John Jastremski, asistente de equipamiento del equipo, participaron en una acción deliberada para quitar aire de los balones después de que estos fueran examinados por los árbitros.

El documento continúa diciendo que "es más probable que no" que Brady estaba, cuanto menos, al corriente de lo que hacían los dos hombres con la presión de las pelotas del partido y el inadecuado, e ilegal, trato que se le daba al material. Los textos intercambiados por los dos encargados del material y el vestuario inculpan al QB. En ellos llegan a referirse al propio McNally como "the deflator" y charlan sobre los regalos que reciben como balones firmados por Tom, zapatillas o camisetas.

De hecho, se citan mensajes de texto entre ambos en los que charlan sobre como Brady quiere los balones menos inflados.

El informe, de la misma forma, exonera por completo al entrenador de los Patriots, Bill Belichick, y al dueño de la franquicia, Robert Kraft, de quienes dice que no tenían conocimiento alguno de lo sucedido.

Ted Wells llega a esta conclusión tras no pocos impedimentos en su investigación. Subraya que pidió una segunda entrevista con McNally que le fue negada. Y que pidió el teléfono de Brady, algo que este se negó a conceder, así como también se negó a mostrar sus correos electrónicos o mensajes de texto al respecto.

En el informe también aparece un texto de un correo de Ryan Grigson, general manager de los Indianapolis Colts, en el que dice que es bien conocido en la liga que los Patriots desinflan ilegalmente los balones porque es como los quiere Brady. Y se va hasta el año 2004, cuando se denunció a New England (algo que no se sabía hasta hoy), por incluir balones de entrenamiento en medio de los partidos.

Los New England Patriots ganaron esa final de la AFC frente a los Indianapolis Colts por 45 a 7 y, dos semanas después, levantaron la cuarta Super Bowl de la era Belichick/Brady ante los Seattle Seahawks.

Ahora la pelota, esta con mucha presión, está en el alero de Roger Goodell, comisionado de la NFL, que decidirá la sanción a imponer a los tres señalados por Ted Wells. Lo que suceda con McNally y Jastremski sólo les importa a ellos y sus allegados. Lo que suceda con Tom Brady puede alterar la temporada 2015 de la NFL en su conjunto, y el legado de su leyenda.