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Atletismo | Adel Mechaal

“El cambio del fútbol al atletismo fue un acierto”

Adel Mechaal sorprendió en los Nacionales con un brillante doblete en 1.500 y 3.000. Llegó a España con cinco años, recibió la nacionalidad en 2013 y era futbolista.

Actualizado a
Adel Mechaal.
Rodolfo Molina

¡Qué exhibición dio en los Nacionales! Ganó en 3.000, 14 minutos después se clasificó a la final de 1.500 y al día siguiente fue oro.

—Sí. Era algo que ya tenía pensado desde octubre. Esperaba que en la final de 3.000 fuésemos más rápido y según pasaron los metros veía que me lo ponían en bandeja, porque venía de hacer 3:38 en 1.500. Sólo Jesús España me apretó y chapeau por él. Luego pude ganar el milqui.

—Mañana en los Europeos sólo hará los 3.000. Se dice que ha hecho entrenamientos brutales. ¿Por ejemplo?

—He hecho 2x2.000 a 5:04, algo que indica que estoy para correr sobre 7:35 en 3.000. Eso me da garantías de cara a este Europeo, porque sé que en una carrera rápida no me descolgarán. Y mi buen 1.500 me hace que sea peligroso tanto a ritmos rápidos como lentos.

—¿Cómo ve la cita de Praga?

—Son peligrosos el turco Ali Kaya, que ojalá se le giren las tuercas y salga a toda pastilla, y el inglés Lee que ha corrido en 3:35 los 1.500. Además, hay que contar con don Jesús España, que para mí es un referente. He aprendido mucho de él.

—Usted es mitad marroquí, mitad español... ¿Cómo llegó hasta Palamós?

—Mi padre vino a Barcelona en 1990 cuando mi madre estaba embarazada de mí y le salió trabajo en la construcción para los Juegos Olímpicos. En 1994 obtuvo un contrato de larga duración y por ley le permitieron un reagrupamiento familiar. Así que con cinco años llegué aquí. Toda la etapa escolar la hice en Palamós, de Primaria a la ESO. Desde que tengo uso de razón, todo lo que recuerdo es de España. Nací allí, pero me crié aquí. Aunque hablo mejor catalán que castellano (se ríe).

—Y empezó tarde a correr...

—Con 12 años hice una primera incursión, pero me aburría y me pasé al fútbol sala, porque era lo que hacían mis amigos. Luego jugué al fútbol, de lateral en el Calonge y a los 19 lo compatibilicé con el atletismo. Y ya me dediqué a esto. Me convenció mi entrenador Josep Carballude. El cambio fue un acierto. No esperaba mejorar tan rápido.

—Y más tardó en llegar la nacionalidad española (2013)...

—Competía a buen nivel y veía como a otros atletas que no sabían hablar español les daban la nacionalidad. Y me preguntaba: ‘¿y a mí por qué no?’ ¡Que tengo todo en regla! Sólo quería que avanzasen mi expediente. Lo conseguí por la vía administrativa y me tuve que tragar toda la burocracia de este país.

—¿Fue un punto de inflexión?

—Eso cambió mi parte psicológica. Llevo relativamente poco disputando carreras con la presión añadida de estar en unos Trials. Tengo la motivación de estar en un Europeo, antes hacía mínimas pero no podía ir a las citas. No aspiraba nada. Ahora, con 25 años, estoy convencido de que podré correr en 3:31 los 1.500.

—Es atleta, pero también funcionario en una instalación deportiva de Calonge (Girona).

—Así es, aprobé una oposición en 2010. Me entreno por la mañana y trabajo en el polideportivo de 16:30 a 23:30. Los martes salgo con un grupo de runners y aprovecho y doblo con ellos. Aunque para septiembre he pedido una excedencia de cinco años, ya la he firmado, y así prepararé los Juegos de Río y Tokio. Si las cosas van bien, perfecto. Si van mal, avisando un mes antes puedo reincorporarme. Apuesto sobre seguro.